lunes, octubre 30, 2006

el problema, amigos, es el tiempo. la falta de tiempo, quiero decir. hay tantas cosas a las que no llego. casi todas tienen que ver con hacer el discurrir más lento, como si las horas fueran un chicle que uno estira o uno de esos relojes de Dalí que se derriten. hay muchas cosas por hacer
comer con Carlos
llamar a Laura y llamar a Jessica y a Elena y a Javi y a Rebe
ir a ver a Alberto a Plasencia, un día
grabar los discos que el otro día saqué de la biblioteca: 'Bingo', de Mercromina, y 'Freak Show', de Bunbury
ver de una vez 'Serpico'
leer los libros que he empezado: Vonnegut, Puntí y Punset
organizar el viaje de cuatro días a Igualada
llamar a Ana para preguntarle si conserva la factura de la camisa que me regalaron en la cena de despedida de mi anterior periódico
ir a ver 'Infiltrados'
pagar el impuesto de matriculación del coche
ir a pasar la primera revisión, "de cortesía", como la llaman ellos
el penúltimo análisis
y también quiero más tiempo para escribir mis cosas, y también para los diasconta2. A veces voy por ahí con la cabeza llena de divagaciones y se me ocurre una idea o con suerte dos y tengo una necesidad urgente de escribirla en alguna parte, y si no lo haces esa idea, ese sentimiento se esfuma al poco y ya es imposible recuperarlo. también me pregunto si alguien habrá leido alguna vez este blog desde el principio. En verano cumplió dos años y no lo mencioné, no hice nada especial para celebrarlo. A veces me atrevo y pincho en el historial: "agosto 2005" o "noviembre 2004" y no sé que pensar. me leo y algunas cosas me gustan y otras no. me doy cuenta de que siempre he escrito a las bravas en él, sin pensarlo mucho o nada. Sólo escritura directa, aunque a veces parezcan cosas elaboradas. Nada, nada de eso. Cuando empecé apenas tenía uno, dos posteadores, y ahora es normal que pase de los 20. y me imagino que habrá lectores que se pasen y no encuentren nada que les parezca curioso o interesante. he conocido a grandes bloggers en este tiempo, he aprendido muchas cosas. sería injusto citar porque me dejaría a alguno. me gusta leer y que me lean, el 'feedback', en castellano la retroalimentaciión. Cuando empecé pensaba que tener un blog era un enorme acto de egocentrismo. luego me he dado cuenta de que lo es o no, según cuál sea tu actitud hacia él. está claro que no es un foro, que tiene un protagonista. un director de orquesta, que la mayoría de la información siempre fluye desde un solo lugar. pero está abierto a la crítica, el ánimo, la burla, el desprecio, la admiración, la comprensión, cualquier respuesta.
como compensación a este infumable ladrillo, un enlace de los que ponen los pelos de punta, para bien. Abran bien los ojos, suban, levemente, el volumen de sus altavoces. pónaganse cómodos, desen un respiro, están en su casa:

miércoles, octubre 25, 2006

lookatthis

echarte de menos como si fuera simple, como si con eso bastara y entonces olvidarme de todo lo demás, de los cafés y de los cines y de las copas pero también de sube un poco la música, te acompañamos hasta el coche, no te olvides de traerme el disco. entonces justificarse así, encogerse de hombros, desearme buena suerte, acorralar la pobre esperanza de verte, de tocarte, renunciar a invocarte en cartas, confusiones, recuerdos, citas, libros de poesía, en el ademán de los perros que huelen el aire, en el crujir de las hojas del parque, en el ruido de las tuberías, en los pasos del piso de arriba, tan pesados, tan fúnebres, en el silencio que es un látigo y en la fiebre que golpea, en el dolor en el pecho, en los brazos que te piden a gritos, que te saben de memoria, echarte de menos a solas en la sala de espera antes de los análisis y así quererte un poco más, casi confiar en las postales de nuevo y en los aeropuertos y los desayunos a las siete de la mañana, ven, no vengas, ya pago yo, gracias, cuídate, estás mejor que nunca, echarte de menos con la fe de que eso acabe con todo, de que eso sea bastante
luego el jueves que se pone lunes y por la tarde pasa a viernes y la luna que vive bajo tu piel y casi todo lo dijeron en esa película, creo que era Harry o puede que fuera Sally, cuando encuentras a esa persona junto a la que quieres pasar el resto de tu vida, quieres que el resto de tu vida comience cuanto antes

domingo, octubre 22, 2006

Astrid me hizo esta foto, sin que yo lo supiera. Sólo la ví tiempo después, cuando me pasó un CD con todas las que hizo en el viaje a Ávila. Fuimos allí los dos, con Carlos y su chica, este verano. Ávila es la ciudad perfecta para enseñar en un día a un amigo extranjero. Su cara siempre es de pasmo. La mía, y ya he ido varias veces, lo sigue siendo. Ese recinto amurallado es otra cosa. De aquél día, como digo, hay muchas más fotos. Astrid siempre tenía el gatillo listo para disparar. Pero de todas, me quedo con esta. Llevo puesta mi camiseta de Los Planetas. Es uno de mis días libres, de esos en los que disfruto en cualquier ciudad que no conozca demasiado, en la que nadie te va a conocer a tí, a la que llegas en el coche, escuchando música, con las ventanillas bajadas, el aire en la cara. La comida quizá por el camino.
Astrid ya no está en España y la echo de menos. A Carlos le dejó aquella chica y desde que me vine a vivir a Salamanca casi no nos vemos.
Fue un día estupendo, claro que lo fue.

viernes, octubre 20, 2006

"Dime, ¿la rosa está desnuda o sólo tiene ese vestido? ¿Por qué los árboles esconden el esplendor de sus raíces? ¿Quién oye los remordimientos del automóvil criminal? ¿Hay algo más triste en el mundo que un tren inmóvil en la lluvia?" capítulo 3 De todos los libros raros, inexplicables y a contra corriente que conozco, de esa lista que ojalá cada día sea más amplia, "El libro de las preguntas", de Peblo Neruda, quizá sea el que se lleva la palma. Es, para mí, una obra cumbre. Neva me lo regaló hace un año, algo menos, y nunca le estaré lo bastante agradecido. Es un libro de los que nunca se terminan, de los que tienen cientos de lecturas nuevas, de los inabarcables. Hace poco lo he visto reeditado en DeBolsillo, aunque mezclado con otras obras cortas del chileno. La verdad es que no sé que más decir de él, sólo que es un libro a contra corriente, delicioso, bravo, insólito y familiar al mismo tiempo, arrebatador. Caviar, seguro, caviar literario.Pásalo.

miércoles, octubre 18, 2006

no es de lo que quería escribir ahora mismo, pero acabo de ver Alatriste y rescato un diálogo. No me ha gustado, la verdad. Demasiada dispersión, creo, demasiado querer contar mucho en poco. Me ha sorprendido la dedicatoria final de la peli, a Ray Loriga. Pero a lo que iba,
Diego Alatriste habla con Íñigo Balboa, su, digámoslo así, hijo adoptivo, compañero de batallas:
- Todos nos enamoramos una vez. O varias. Luego se termina. Y eso es todo
- Ya, así de fácil... (gesto de leve desprecio)
- No, así de difícil (Alatriste, muy serio)

viernes, octubre 13, 2006

La vida no es significado; la vida es deseo
he pasado la mañana en Madrid, pero no he ido a ver el desfile de las Fuerzas Armadas, sino un partido de baloncesto. En Magariños. He aprovechado para echarle un ojo al Ramiro de Maetzu. Me he estrenado como fotógrafo, así que mañana, además de parte de la crónica, firmo las fotitos. El partido no ha sido brillante, pero al menos ha tenido emoción. Después comida en el VIPS, en el de Velázquez, ese enorme al que siempre iba cuando vivía en Madrid. Muchos recuerdos. Me gustaba porque a partir de las 11 de la noche ya podías leer allí la prensa del día siguiente. He ido con Isabel, hemos hablado de cuando ella también vivía en Madrid. Pero ella no conocía este VIPS ni su particularidad con la prensa.
¿Madrid? estaba limpio, claro, como son los días festivos allí, plácidos, respirables, en el centro, enormes avenidas casi desiertas. He pasado dos veces por República de Argentina y he recordado las indicaciones que siempre me hacía allí Luisa (y en su honor he puesto el CD de los Beach Boys que me grabó), los días de juerga nocturna con Laura, pocas pero elegidas, las sobremesas con Rafa. Pero nada de nostalgia, eh, nada. He ganado más que he perdido desde entonces. Después hemos vuelto al periódico, a escribir lo que faltaba. ESo ha sido casi todo

martes, octubre 10, 2006

sí, estoy aquí, no me he marchado, no, es sólo que estoy como encallado, que los hospitales, ya sabes, pregunte usted por el doctor Corrales, espere aquí hasta que le llamen, mamá, no te preocupes, que seguro que no es nada, ahora nos lo dirán sí, en dos semanas he ido más veces al hospital que en toda mi vida junta lo cierto que los médicos dijeron: "tumoración cervical" por lo que me salió en el cuello, ya ves, algo tan pequeño, y me asusté. Un poco. También dijeron: "urge ecosonograma y estudio nuclear y también punzamiento". Aquí me asusté más. y allí estaba yo, haciéndoles caso, y ayer me dijeron ya que hay que descartar algo grave. Que quizá tengo que ver con el tiroides. Y respiré un poco. Todos lo hicimos en casa. Y ahora me falta todavía hacer caso al endocrino, que es el que ha tomado el relevo del otorrino y el que me dice "le vamos a efectuar varias pruebas, de lípidos, renales, hepáticas, de proteínas, de hierro". Las preguntas las obvio:" ¿fuma? ¿bebe? ¿se siente cansado, apático, le cuesta conciliar el sueño, sufre disfonía? ¿ha notado alteraciones de peso?" Todas las salas de hospital y todos los quirófano y todas las salas de rayos X se parecen mucho. En el tiempo que he pasado en ellas estos días me ha dado tiempo a terminarme dos libros. Los pasillos no llevan a ninguna parte. Los ascensores están repletos. Huelen a lejía y a batas blancas y a nervios tensos y a espera y a más espera y tengo ganas de que esto acabe pronto y de una vez.

miércoles, octubre 04, 2006

llamo al periódico y les digo que estoy enfermo, en cama trepo hasta lo más alto del armario y desenvuelvo la caja de zapatos y leo tu postal luego, aún en pijama, voy hasta la cocina y bebo un poco de zumo, bajo las persianas me tumbo en el sofá pongo música, algo suave, vuelvo a leerla después preparo café y vuelvo al sofá, deben de ser las tres, pienso, se está tan bien, el disco termina en la calle comienza a llover las gotas picotean el techo , León gime (no le gusta que llueva) le digo "tranquilo", y se calma me asomo a la ventana que da a la calle una figura, a lo lejos, un paraguas, observo, hace frío, el día se oscurece, de repente luego la figura dobla la esquina y toma otro rumbo vuelvo adentro acaricio la postal, en el bolsillo, la saco, vuelvo a leerla imagino que vuelves, y me abrazas

domingo, octubre 01, 2006

Andrés Calamaro, el sudor y la tinta. La guitarra dibuja tres notas en el aire que te recuerdan. Andrés Calamaro, nacido el 22 de agosto de 1961 en Buenos Aires, Argentina. El prematuro, a los 8 años tocaba el bandoneón, a los 17 formó su primera banda y publicó su primer disco. Andrés el agitador del rock, la rebelión del silencio, el exceso, la mesura, el continente y el contenido, media verónica, Andrés, el ácrata, el célibe, el impostor, la tempestad, el vagabundo de las estrellas, el superviviente, el trémulo, el errático, el camaleón, el tanguero, el burlador, el sabio, el berbenero, el borracho, el genio, el canalla, el dolor y la rabia, Andrés Calamaro, el hombre que se enamoró de la luna.