domingo, diciembre 30, 2007

Las tres mejores frases escuchadas en conciertos a los que he ido en 2007: - "La siguiente canción se llama "Ataque de Celos en Zatopeque". Aunque algunos la conocen como "Paquete de pelos en celofán", que personalmente es una de las cosas más asquerosas que me puedo imaginar". Miguel Malla, líder de Racalmuto, genio y figura. - "Esto es por la paz", Charlie Hayden, antes de afrontar el primer bis en un conciertazo de jazz. Un tío en la fila de atrás dijo "ostia, a ver si es el Papa". - "¿Y si la palabra corazón sólo fuera un aumentativo de la palabra coraza?", Ajo, junto a Nacho Mastretta al piano, divertida y desconcertante. Y otras, escuchadas en cualquier parte: - "En Irán no tenemos homosexuales, no es como aquí", el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en la sede de la ONU. - "Vísteme como se diga, que tengo prisa", una compañera de trabajo cuyo anonimato guardaré, y también autora del célebre "Me ha salido el tiro por la cuneta". - "Todo hombre vale tanto como aquellas cosas a las que ha dedicado su corazón", Marco Aurelio.

miércoles, diciembre 26, 2007

blade runner en pantalla grande


Cuando me oí decir eso de "dos para Blade Runner', por un momento me sonó irreal. Como si fuera a despertar de repente y la mujer que me iba a dar las dos entradas, la taquilla, todo el cine, fueran a desaparecer de repente. Cuando volví a la realidad, ella ya había pagado las dos entradas y yo ya las tenía en la mano. Sí, hace unos días ví 'Blade Runner' en el cine, en concreto en los cines Broadway de Valladolid. Tenía entendido que sólo la iban a poner, con motivo de los 25 años del estreno original, en cines de Madrid y BCN, y mira por dónde. Verla en pantalla grande es una experiencia (no como "vivir con miedo", pero casi).

Así que volví a verla, y deben ir más de 15 veces, y me volví a emocionar tanto como siempre. Aunque el nuevo, renuevo, y no sé los que van, creo que cinco, montaje del director, sea una nueva engañifa comercial, que eso es lo de menos. Otra vez estaban allí Pris, Deckard, Bryant, Rachel, Leon, Roy Batty... y Los Angeles, en noviembre de 2019.

miércoles, diciembre 12, 2007

Ф, ф, ю, ж, д, ч

teníamos un rato para después de comer, dos horas, y todo el mundo decidió echarse la siesta, o dormir un rato, porque después de 21 horas de viaje, comer a las 18.00 y el jet lag de las cuatro horas, aquello se podía llamar siesta o cualquier otra cosa. El caso es que no me apetecía meterme en la habitación porque era la primera vez, y puede que la última, que estaría en Siberia. Así, como suena. Me abrigué todo lo que pude -en el termómetro que había a la salida del hotel ponía -16º grados- y allá que me fuí, a dar una vuelta. Ekaterimburgo tiene las aceras cubiertas por una capa de nieve compactada de forma permanente. Ví a una señora quitándo con una pala la que había delante de su tienda, y era como una segunda acera, durísima. Iba cubierto, sí, jersey grueso, guantes, bufanda... pero a los diez minutos de andar por allí comencé a darme cuenta de que la cabeza se me estaba helando. Entré en una tienda de teléfonos móviles para entrar en calor y los dependientes no necesitaron que dijera nada para darse cuenta de que era extranjero: era el único que no llevaba en la cabeza uno de esos sombrero gigantes, típicamente rusos. En la tienda duré poco. Una chica de unos 20 años me dijo algo en ruso con gesto amable y yo me limité a decirle en inglés que no, que sólo estaba mirando. Ella puso cara de no entender nada y ahí quedó todo. El ruso suena tan desacostumbro y tan extraño para mí que ni siquiera podía tener la más mínima esperanza de comprender algo. Volví a la calle, ví el trajín de las calles en las que estaba, céntricas y rodeadas de comercios, hasta rodeadas por dos grandes centros comerciales, que imagine que no se correspondían con lo que es la Rusia mayoritaria. Caminé un buen rato, con la precaución de tomar referencias visuales para no perderme, alternando la entrada en tiendas que me daban algo de calor. Entré en una de discos, para curiosear, y me encontré con el 'Ibiza 2003' (¿?). También ví, en la calle, autobuses urbanos con muchos, muchos años de uso, cada uno de diferente marca y color, muchos viejos Lada y algún Skoda nuevo, y algún tranvía despistado. También un par de chicos en ropa del ejército, ancianos vendiendo hortalizas en plena calle, quisocos en los que se vendían periódicos que no podía leer, aferrados al abecedario cirílico y sus para mí indescifrables letras, y chicles, chucherías, pasta de dientes, cepillos, tabaco y mil cosas más, todo a la vez, y presencié un golpe entre dos coches en un cruce. Recordé que llevaba rublos en la cartera y entré en una tienda enorme para comprar un regalo. Al poco, la hora se me echó encima y lamenté no tener tiempo para mucho más. Además hacía frío, faltaba poco para el partido, y le echaba de menos.

lunes, diciembre 03, 2007


Ekaterimburgo está bastante lejos. En concreto, unos 1.700 kms. más allá de Moscú. Pasados los Urales. Ekaterimburgo está en Siberia. Y es la tercera ciudad, por importancia, de Rusia. Allí nació y creció Boris Yelstin, dice la Wikipedia. Ahora tiene una temperatura de unos 20 bajo cero. Algunos la conocíamos por Yekaterimburgo.

Hoy tomo el avión y estaré allí mañana. El viernes por la noche regresaré a Madrid.¿Para qué, por qué? Trabajo, trabajo.

¡Nasdarovia!