domingo, diciembre 31, 2006
sábado, diciembre 30, 2006
domingo, diciembre 24, 2006
sábado, diciembre 16, 2006
miércoles, diciembre 13, 2006
Esto viene a cuento de la muerte de Pinochet. Desde 1990 dejó de torturar y de matar, y hasta entonces para mí aquel hombre significaba más bien poco. A los que sí les pilló en una edad muy consciente fue a todos los que aparecen estos días en las fotografías de prensa junto a él, jefes de estado como Margaret Tatcher, que ya sabían de su látigo y sus matanzas, los Reyes de España, gente como Juan Pablo II, sonriente en una foto que he visto esta mañana junto al tirano, en los años 80. el guardián de la piedad y la fe compartiendo sonrisas y conchabeo con el mismísimo demonio. Ni siquiera en EE.UU., desde donde Nixon le apoyó, fueron tan torpes.
Después he leído las maldades de la Junta Militar que dirigió el país ('Chile bajo Pinochet', de Claude Katz,es un buen repaso a aquello) sobre las maldades de la Junta Militar que rigió la nación durante 17 años, en los que se hablaba de descargas eléctricas, perros adiestrados para violar mujeres, ahogamientos, torturas, eliminación sistemática de enemigos políticos, horror y más horror. Y con el dictador vivo, en Chile levantaron, sin guerra y con pinzas en la nariz para esquivar su hedionda historia, una Constitución democrática. y salieron adelante, más o menos, y lo siguen haciendo como en España sólo fuimos capaces de hacerlo cuando murió nuestro dictador.
viernes, diciembre 08, 2006
domingo, diciembre 03, 2006
lunes, noviembre 13, 2006
lookatthis (II)
viernes, noviembre 10, 2006
Mi primer regalo de cumpleaños, que es este sábado, me llegó el miércoles. Me lo envió Astrid desde Italia. Un recopilatorio de ¡47! videoclips de Bowie, desde el 'Oh, you Pretty Things!', de 1972, a varios del 2002, entre ellos el magnífico 'Thursday´s Child'. Una gozada, una delicia para mí, que rastreo y veo y escucho todo lo que tiene que ver con él, pero no me puedo permitir comprarlo. Qué bien cuando te llega uno de esos regalos que dan en el clavo, de esos que demuestran lo bien que te conoce la persona que to regala.
El sábado lo pasaré a medio camino entre Salamanca y Valladolid. Comeré con dos de mis primos, veré a mis abuelos y después disfrutaré del Grupo Capitol-DKV Joventut, antes de salir a tomar alguna copita.
jueves, noviembre 09, 2006
miércoles, noviembre 08, 2006
viernes, noviembre 03, 2006
jueves, noviembre 02, 2006
lunes, octubre 30, 2006
miércoles, octubre 25, 2006
lookatthis
domingo, octubre 22, 2006
viernes, octubre 20, 2006
miércoles, octubre 18, 2006
viernes, octubre 13, 2006
martes, octubre 10, 2006
miércoles, octubre 04, 2006
domingo, octubre 01, 2006
sábado, septiembre 30, 2006
bluesalone
martes, septiembre 26, 2006
viernes, septiembre 22, 2006
miércoles, septiembre 20, 2006
viernes, septiembre 15, 2006
lunes, septiembre 11, 2006
jueves, septiembre 07, 2006
miércoles, septiembre 06, 2006
sábado, septiembre 02, 2006
jueves, agosto 31, 2006
miércoles, agosto 30, 2006
lunes, agosto 28, 2006
"hay hombres muchos años más tristes que yo"
viernes, agosto 25, 2006
En el primer recuerdo consciente que tengo de verle jugar tengo 16 años y en televisión están pasando el concurso de triples que organizaron un año, de forma conjunta, las ligas de baloncesto profesional española, francesa e italiana. Óscar ganó con tanta autoridad y tanta facilidad que me fascinó. Elegante, señorial, anotaba desde detrás de la línea con la misma rutina con la que el resto de mortales respiramos, parpadeamos, hablamos.
Entonces, yo aún no lo sabía, Óscar vivía su carrera deportiva en Italia después de marcharse de Brasil como un leyenda del deporte. Nacido en 1958, había roto todos los registros estadísticos. A los 19 años debutó con la selección absoluta y entró en el mejor quinteto de jugadores de Sudamérica. Óscar Jugó cinco Juegos Olímpicos, de Moscú 80 a Atlanta 96, en tres de los cuales fue el máximo convertidor (le enchufó 32 al Dream Team). Fue medalla de bronce en Filipinas 1978, oro en Indianápolis 1987 tras anotar 47 puntos en la final contra EE.UU., tres veces campeón de Brasil, campeón de la Copa Mundial, récord de triples en un partido ACB, con 11, cinco veces consecutivas máximo anotador de la Liga italiana y primer extranjero en lograr 10.000 tantos en esa competición, máximo anotador de la historia del baloncesto, con 46.723, el primer jugador que anotó en un partido 66 puntos... y así podría seguir durante párrafos.
Al final de su carrera dio el salto a España y jugó en el Fórum de Valladolid dos campañas. Entonces fue cuando le ví en directo. Varias veces. El primer año dio exhibición tras exhibición de anotación y terminó con una media de 42 puntos por partido. Su mecánica de tiro era simplemente perfecta. Nadie se atrevido a poner a su altura a ninguno de los tiradores clásicos de los últimos años, como Reggie Miller, Allan Houston o Perasovic.
La defensa no era su fuerte, y menos al final de su carrera, cuando las piernas pesaban demasiado, pero todos los disculpábamos. Óscar era el carisma, uno de esos jugadores que atraen a las masas, que hacen de los espectadores casuales acérrimos incondicionales de un deporte después de verle jugar.
El equipo jugaba siempre para él. Bloqueos, bloqueos y bloqueos para que recibiera en buenas situaciones de lanzamiento. Podías ver a los entrenadores rivales probándolo todo en vano. Defensas presionantes, mixtas, dos contra uno, cambio en los bloqueos, y leña, claro, siempre mucha leña. Él no se inmutaba. El aro era una piscina, no un lejano agujerito.
Lo mejor quizá era que nunca perdía la compostura. Recuerdo que Isma Santos, del Madrid, en un partido, le hizo una defensa brutal durante los 40 minutos. Santos no atacaba, no veía a sus compañeros. Su única misión era que Óscar no anotara. Era un perro de presa. Y se valió de cualquier arma, muchas irregulares. Óscar metió ese día 50 puntos y el Fórum tumbó en el Pisuerga al Madrid de Sabonis. Al final del partido le dio la mano y se marchó, humilde, camino del vestuario, escoltado por 10.000 gargantas coreando su nombre. La leyenda dice que, durante un entrenamiento, en Valladolid, se picó con un compañero de equipo y se apostaron una cena para ver quién era capaz de anotar más triples, en 50 intentos, desde el centro del campo. Lo echaron a suertes y la moneda dijo que empezaba el brasileño. Anotó 44 de los 50 tiros. Cuando llegó el turno del compañero, ni siquiera lanzó.
Una vez me hice una foto con él. El Fórum jugó un amistoso contra el entonces equipo ACB de Salamanca, el extinto CBS, y yo estaba en el equipo juvenil. Jugábamos antes que ellos y lo ví asomándose al túnel de vestuarios para ver cómo era aquél pabellón que desconocía. Me armé de valor y con la mano le hice el gesto de hacernos una foto. Recuerdo que sonrío como un niño grande, que dijo por supuesto y que fue un momento muy especial. Lo malo es que aquella foto se veló en el carrete, en aquél entonces, cuando no había cámaras digitales, y nunca llegué a verla. Aún así, siempre recuerdo aquella sonrisa.
Lo último que sé de él es que entrena en una escuela de baloncesto en Brasil, que es coordinador de la selección de baloncesto de su país, y que a veces aún juega para matar el gusanillo. Daría cualquier cosa por verle en acción de nuevo, aunque ya tenga casi 50 años. Estoy seguro de que no habrá perdido la puntería.
martes, agosto 22, 2006
"Nieve", cap. 15. , Maxence Fermine.
La belleza nunca fue tan fugaz. Ni tan hermosa. En 105 páginas, el mundo a través de los ojos del poeta ciego, el joven enamorado y la mujer de sueños helados. Nunca un libro dio tanto por tan poco. Nieve.