lunes, agosto 30, 2004
Dias contados
En Madrid llueve ahora
Anoche cayó un buen chaparrón. Era mi día libre, lo dediqúé a leer un libro que me había comprado. Se llama "La voz cantante", de Eloy Tizón. Decía que me dediqué a leer el libro, despacio, paladeándolo, tumbado en la cama de mi habitación de alquiler. Casi no hice otra cosa en todo el día, salvo ir al gimnasio por la mañana. Me dediqué a avanzar, capítulo a capítulo, en la lectura de la historia de un anciano que narra su adolescencia al lado de un chica de la que está enamorado y que se llama Monica Friser.
Por supuesto la historia acaba mal, con un hombre solo que cree ver al mismísimo demonio en el metro, encarnado en un niño rubio, mirándole a los ojos, desafiante, un hombre que sigue enamorado de Monica Friser aunque ya es un anciano.
A veces hacía una pausa, entre capítulo y capítulo, para mirar por la ventana y ver la vida jugándo a tener sentido bajo mi ventana; personas andando, personas paradas, hablando, coches aparcados y coches en marcha, perros atados, periódicos, una barrendera vestida de amarillo florescente, alguien que llama a otro alguien por su nombre, la panadería que hay en los soportales y su trasiego de personas que entran y salen.
Decía que ayer en Madrid llovió un buen chaparrón. Me acosté pronto, a las 11:00. Puse el despertador a las 10 de la mañana. Dormir 11 horas es una gozada. Me ha venido muy bien. Puede que ea la fórmula de la felicidad; dormir más de 10 horas seguidas. Sólo eso.
Ciao
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