lunes, noviembre 28, 2005

Pablo

¿cuánto dura un rinoceronte después de ser enternecido? ¿no es lo más triste del mundo un tren abandonado bajo la lluvia? ¿hay dos colmillos más agudos que las silabas de chacal? ¿qué es lo que paga el otoño con tanto dinero amarillo? ¿de qué se ríe el arroz con infinitos dientes blancos?

jueves, noviembre 24, 2005

El regreso de Calamaro. Yo estuve allí (III y final))

....y las luces se encendieron, así que nos quedamos allí, mirándonos unos a otros después de un bis, mirando también al escenario, ya extinto de magia, con la niebla artificial ya perdida en el cielo de madrid, después de haber sido agarrados por la solapa y agitados, sacudidos los corazones y los cuerpitos. recordé un concierto de Eels, en el que el tío salió a cantar media hora después de terminado el concierto, para unos pocos elegidos, para los que no tenáin tanta prisa por emborracharse de ciudad. premio a los perseverantes. pero decidí que no, que esa no era la noche. a mí alrededor ya no quedaba ninguno de aquellos que media hora antes estaban esperando, ansiosos, el cominzo de todo. tenía la sensación de haberme vacíado y de que no era tan justo terminar así. la gente comenzó a marcharse, primero los que estaban tan lejos, sentados, y poco a poco haciendo hueco a los que habíamos estado cerca del escenario, otros se sentaban en el suelo y se encendían otro petardo, con calma, pero yo pensé que tenía que coger el metro antes de que se terminara pra cenar algo y regresar a Zamora sin que se me hiciera demasiado tarde. había un grupo de unos 30 tíos sin camisetas ya en una grada, cantando aquello de 'Maradona, estamos esperando que vuelvas', en su mundo argentino, y los que iban dejando el Palacio se iban sumando al canto. los seguratas aparecieron por allí para aligerar un poco la marcha de la gente, pero los 30 se hacían fuertes. al poco eran 50, al poco 70, seguro que llegaron a los 100, con muchos que sí portaban la albiceleste. aquel final fue una reivindicación de Argentina por muchos pibes que viven en Madrid, y eran muy contagiosos. supongo que Maradona une hasta más que cuando le daba al balón. pero yo entonces lo que tenía en mente era romper la autopromesa que me había hecho. no comprarme ninguna camiseta del concierto. Claro, lo hice, no lo pude evitar, aunque tuve que esperar casi 30 minutos en la cola de uno de los puestos del merchandising, rezando para que nadie se llevara el modelo que llevaba tiempo viendo desde la cola de gente. y lo logré, y quedaba la XL, la mía., 18 euros. Azul, con la portada del último disco en el frente, que es la huella de Armstrong sobre la superficie lunar, y por detras la leyenda 'To the moon and back', con la referencia a la cita del primer concierto en Luna Park. Pues eso. Salí del Palacio. El aire me pareció limpio y claro y puro y hasta acogedor. Me dolían los oídos, un poco. Demasiado cerca, quizá, de las salidas de sonido. me fui directo a la estación de metro de Goya, donde muchos de los que habían estado en el concierto petaban la entrada. algunos ya tenían un adelanto de la resaca del día siguiente, casi ninguno sonreía. pero me colé por allí y me monté en el primer vagón que llegó. Bajo en Gregorio Marañón. De ahí al VIPS de Miguel Ángel, donde cené y recordé todas las veces que había comido y cenado con Rafa y con la gente de Marca. Desee encontrame con alguno de ellos, con cualquiera, pero ya era demasiado tarde. Me pusieron la cena cuando ya casi cerraban.Había aparcado en José Abascal. Pasé por el Moma, grandes modelos, pequeños cerebros. Luego monté en el coche y conduje y regresé, en silencio, deseando poderme decir algo.

lunes, noviembre 21, 2005

El regreso de Calamaro. Yo estuve allí (II)

Las canciones que eligen los músicos para entretener a la gente antes de saltar al escenario siempre son importantes. Algunos miman la selección casi tanto como el propio concierto. Yo hablaba con la gente de por allí pero seguía atento a esa selección, y la que más veces sonó en esas dos horas fue 'Heart of gold', de Neil Young, tan perfecta como siempre, así que pensé que todo iba a salir muy, muy bien. Y creo que lo noté primero en el cogote, como un soplo de aliento. me giré de repente y lo vÍ: llenazo. En la pista no cabía ya un alma y no era capaz de encontrar un asiento libre. Llenazo, pensé, y este estadio hace 14.000 personas...faltaban 10 minutos para las diez, cada vez más apretados unos contra otros, pecho con espalda. entonces sucedió: la música terminó, todas las luces se marcharon, nos quedamos a oscuras, todos a la intemperie, por un instante, y después una luz morada se cernió sobre un teclado, en el centro del escenario, apenas visible por la niebla artificial. No se veía nada, pero el estado de nervios era enorme. Y juro que sucedió, como dicen que ocurrió en el preciso momento en el que los Stones saltaron al ruedo en El Calderón, en una noche perdida en mitad de los años 80, y un rayo cayó, en sincronía sideral, justo al lado de Mick Jagger, que se quedó blanco. De repente, 14.000 personas enmudecieron. No había ningún rayo, claro, pero ese silencio, de décimas de segundo, me dio vértigo. Porque los seis años estaban dispuestos en esas décimas de segundo. Y justo después estaba allí: el 10, Andrés, de riguroso negro, chaleco, esos malos pelos, bastante delgado, por lo demás como siempre, como si no hubieran pasado tantas cosas. El Palacio rugió, como un animal descomunal. Era él. y empezó todo: abrió con 'El cantante' cuál si no, y siguió con 'El Salmón'. y luego dijo 'hola madrid'. En las dos pantallas gigantes, los primeros planos lo mostraban vibrante, agitando la mano izquierda, que estaba libre de trabajo, al cielo, el ceño levemente fruncido, ojos fijos en el teclado, concentrado. Pero en forma. Yo lo miraba y de verdad me alegraba, después de todo aquello que contaban de la enfermedad y la politoxicomanía en aquel piso de madrid y de la locura y de la negativa de grabar de nuevo y de la desesperación de su discográfica. Y después, el delirio absoluto: 'Te quiero', que nunca me cansaré de cantar y de gritar, ni yo ni nadie que tenga corazón, supongo. después de terminar ésta, con la banda tocando el cielo de Madrid, recitó cuatro estrofas de versos, y se las dedicó a amigos, a Turmix y a su novia. y fueron cayendo: 'Crímenes perfectos', de dylaniano despecho y literario mérito, y 'Las oportunidades', y 'No se puede vivir del amor', con toda su sorna. Y 'Clonazepán y circo' y 'Estadio Azteca' y 'El vigilante medio argentino', con una gran sección de vientos, y muchas más. Y salió el Niño Josele y se calmaron los ánimos, también los míos, que comulgan mucho más con el lado rockero de AC que con el tangueo y el flamenqueo. Pero recobró el pulso del show, hay estaba 'Alta suciedad'. A mi me daba la impresión de que tenía tanto repertorio para elegir y tan bueno y tan sugerente, que podía hacer lo que quisiera: estaba abocado al éxito, Andresito. Ahí estaba Alta Suciedad y Calamaro se desmelenó, y bailó, con cautela, eso sí, pero bailó, y eso solo puede ser una buena señal, amigo. durante el concierto llamé dos veces a mi hermana, la primera para 'Te quiero', para que ella también estuviera allí, y la segunda por 'Media Verónica', que siempre identifico con ella. estaba empapado de sudor, de mi sudor y del de los demás. mi hermana me colgó y me llamó ella, para oirla entera, según me dijo. pero yo estaba allí por los dos. Me habría gustado hacer lo mismo con Manolo, del que también me acordé mucho. Y Rebe me mando un sms acertado qué canción estaba sonando en ese momento. 'Flaca', 'Paloma', 'Mi enfermedad', fueron la trilogía de la desesperación y el éxtasis, tres de las mejores que haya escrito y cantado nunca, con o sin Los Rodríguez y demás, antes de 'Sin documentos', que cerró el concierto. Un final pletórico de no ser por la última, que volvió loca a la gente pero que a mi me rayó bastante, de tan quemada que está. y es que es extraño asistir a un concierto tan masivo, de alguien al que has escuchado en tu intimidad y crees que te ha susurrado tantas cosas al oído, en exclusiva, para luego ver que no, que no eras el único, que ese amor es compartido...

domingo, noviembre 20, 2005

El regreso de Calamaro. Yo estuve allí. (I)

Carlos Tarque, el cantante de M-Clan, saluda a una parte del público, que le ha reconocido. Junto a él, Jaime Urrutia, que también recibe su ración de reverencias y gritos, dos Secretos, Redondo, el ex jugador del Madrid, Andy Changó, los Amaral, el cantante de Söber, y decían que Fito Páez y Bunbury y Alaska y Loquillo y el periodista Diego Manrique y varias modelos y muchos otros a los que no conozco. Eso era en la la zona VIP, que quedaba justo a mi derecha. Llegué dos horas antes, para coger buen sitio, y lo que conseguí estaba, más o menos, en la décima fila. Perdón: Palacio de los Deportes, Madrid Goya 90, viernes 18 de Noviembre de 2005, 20.00 horas. Quedan dos horas para que Andrés Calamaro, el gran Andrés. Andrelo, El Cantante, reaparezaca ante mis ojos, seis años después de la última vez que lo ví, en Salamanca, defendiendo Honestidad Brutal, su obra con mayúsculas, su principio y su fin, su dylaniano y legítimo derecho a la eternidad. Estoy nervioso, no lo puedo negar. Por allí deambulan parejas de aspecto poppy, greñudos con chupas de cuero y litronas en mano, uniformados, colegialas de casi 30, gafas de pasta y mallas rosas y naranjas hasta las rodillas, zapatillas adidas, pantalones de pana acampanados. El Palacio me parece descomunal, pero es porque las gradas de público están semivacías aún. me lo digo de nuevo, para calmarme : "que quedan dos horas". Paso esas dos horas charlando, con el olor a porro empapándome ya la ropa, a pesar de que no he fumado nada. Hay unos tíos de Valencia que se han hecho los tres bolos: Barna, Sanse y ahora Madrid. Dos de Zaragoza con camisetas de 'La estación del silencio' me dicen que vieron el último bolo de AC en Madrid, que fue hace diez años, con el Alta Suciedad. Hay un tío de unos 50 con perilla y gorra estilo Che que me dice que la Bersuit, el grupo que acompaña a AC, es ahora mismo la mejor banda de rock and roll de Argentina. El tiempo pasa. Avanzo unas pocas líneas. La pista se va tupiendo de gente, cada vez menos espacio, cada vez cuesta más respirar. El Palacio se va llenando. Pero las luces están aún encendidas.

jueves, noviembre 17, 2005

¿o no?

ayer leí en una guía turística que no es una buena idea ir al cine en Moscú. Allí proyectan las películas en versión original, pero no las subtitulan, sino que una voz en off, en ruso, va traduciendo todas las voces hay un libro que se llama "Días de amor y guerra", de Eduardo Galeano otro que es "Tres tristes tigre", de Guillermo Cabrera Infante otro es uno escrito por Miriam Reyes hay libros que te esperan durante mucho tiempo. Están acurrucados al final del tiempo que has de recorrer y un día deciden ir a por tí, se cruzan en tu camino, zas! da igual lo que tu quieras o dejes de querer. puedes acudir durante dias enteros a la biblioteca y 'sacar' muchos libros que no te vuelven loco, que solo están bien, hasta que un día vas a casa de un amigo y, de los miles que tiene en la estantería, hay uno un poco más fuera que el resto. lo sacas del todo y te lo lees de un tirón y después varias veces a lo largo de tu vida y ya está , de un tirón, ese es uno de los libros que te cosen el alma a palabras. o alguien te pasa un libro y tu te lo lees por eso, si no habría sido imposible encontrarlo. a mi me ha pasado muchas veces. con las personas sucede algo similar. Los agujeros en el corazón siempre te los hace quien menos te lo esperas y con los amigos es parecido. no van a ser nunca esas personas sobre las que tienes dudas, las que no sabes si te gusta, ni tampoco aquel que te cae bien desde el principio, no. cuando te quieras preguntar cómo ocurrió, ya será tarde. si eres el único que no oyes la sirena de la ambulancia, es porque la ambulancia es para tí. ¿o no?

martes, noviembre 15, 2005

quedemos, hagámoslo podemos tomar café, siempre me pareció que tenías buena conversación, será agradable hacerlo, además sabes escuchar, lo que es más valioso aún. luego, si quieres, podemos ir al cine, yo invito. a lo mejor hasta cuando salgamos del cine ya es de noche, y nos podremos tomar una copa en algún lugar cálido y agradable y sencillo y con la música no demasiado alta solo dime a qué hora

domingo, noviembre 13, 2005

atélogo

"y no me he acordado de tí hasta que he llegado a casa y ya no he podido dormir como siempre me pasa..." Un día perfecto ya sé que estás tratando de esconderte de mí y que vas a tratar de ser fuerte. pero no quiero verlo de nuevo: a tu ex chico borracho como un poeta que acaba de cobrar, a tus amigas insultándome porque creen que no soy bueno contigo. lo que deberías hacer es acordarte de olvidarte de que las cosas van a ser simples. en esta ciudad todos nos conocemos y no va a ser fácil. aunque no lo quiera un día me toparé con alguien que me hablará de tí, y primero lo hará con tacto y después a tumba abierta. y entonces lo haré. tiraré este paraguas al suelo, miraré al cielo, negro como un sueño de muerte, a la noche, que es un río que fluye, a la gente, que cree saber a dónde va. entonces las lágrimas se unirán a la lluvia y levantaré la mano para escapar, agitaré esa mano pidiéndo un taxi que me lleve a casa, y el taxi aparecerá, y ese taxi no será un taxi, será una ambulancia silenciosa y blanca, y dejarás de saber de mí, al menos por un tiempo dejarás de saber de mi, y yo con suerte lo habré olvidado todo, y será tarde, tan tarde que dolerá aquí, en el pecho, como si todo fuera simple, dolerá como si todo fuera simple

miércoles, noviembre 09, 2005

hoy, miércoles 9 de noviembre de 2005, en Zamora, en el periódico tengo sueño, sólo eso y no importan los titulares ni los gritos ni las llamadas o el claxon que llama y llama y llama y advierte y solo tengo sueño, un sueño torpe y borrado y preciso y alarmante, a las dos de la tarde, cuando apenas me quedan unas horas para cumplir años de nuevo cuando me aproximo al estúpido filo del cielo, que me roza los labios, ahogado y salvado y de nuevo ahogado en el perfume último o lo que signifiquen las flores rotas y el asfalto inopinado tengo sueño, solo eso y en Estocolmo nadie sabe que existes en Cophenage nadie se acuerda de tí y yo tampoco he estado nunca en Berlin, a pesar de Wenders solo tengo un sueño loco y solitario y vacío y roto y viejo, un sueño en el que ya no estás tú

lunes, noviembre 07, 2005

estamos rodeados de imprecisión, de dolorosa inflación palabraria, toma palabro. quiero decir que encendemos la televisión y escuchamos eso de una nueva generación de diésel y decimos só y compramos y escuchamos eso de si quieres cambias de vida y de verdad pensamos que si nos toca el combo vamos a olvidarnos de nuestra vida actual y a ser felices de una vez, no como ahora y es cómico y luego nos quedan las palabras pequeñas y distantes y sobre todo gastadas y tratamos de decir qué nos hace felices y es absurdo, porque hemos gastado todo el sentido de cada palabra para vender coches y lavadoras y casas y muebles y maquinillas de afeitar y mp3's y demás obscenidades manifa ya

domingo, noviembre 06, 2005


dame estrellas o limones, gracias a Neva Posted by Picasa

sábado, noviembre 05, 2005

Astrid me dijo ayer que soy una de esas personas que deberían venir con manual y yo le respondí que ella parecía una de esas otra que necesita manuales, así que supongo que estamos en tablas ocurren tantas cosas y últimamente tan rápido que apenas me da tiempo de parpadear entreactos. el sábado acudí a una gran fiesta con más de 100 personas en una casa en ruinas. jugué un partido de baloncesto que ganamos. viajé a San Sebastián. Estuve en Valladolid, celebrando los 56 años de casados de mis abuelos. celebré por adelantado y sin previo aviso el cumpleaños y a la vez el de mi madre. recibí de irene el regalo de un libro que ya había leido, ví a mis primos, viajé a Santander y mañana estaré en Palencia. también fui a ver 'Princesas' y 'El jardinero fiel'

observamosaJcayendo Posted by Picasa

jueves, noviembre 03, 2005

posos y osos

las cosas cambian a una velocidad espantosa, pero algunas se quedan en el fondo como posos inamovibles, para siempre una de esas cosas son los tres primeros discos de Los Planetas o la sonrisa de Laura, que no es el nombre de un grupo de música sino una constatación de la alegría o la mala uva de mi compa de curro que tiene el pelo rojo o el mal perder de mateo o los silbidos y apariciones y sucesivos silbidos con priss o el tiempo lento de los domingos por la tarde o la ternura de roma o la áspera salida del cine cuando has visto una mala película o noviembre, sin tapujos o Héroes o Farheneit 451 o Un mundo feliz o ciertos episodios nocturnos de extrañamiento o muchos otros, por supuesto, que ahora olvido esos posos te refugian y te esperan. se te suben por la garganta cómodos e incorruptos. pero siempre puedes contar con ellos

martes, noviembre 01, 2005

justleavemealone

yo por ejemplo sé que el odio es un cuchillo que no tiene mango y tu de eso no sabes nada y yo sé que el rencor duele siempre menos que el olvido y tu de eso tampoco sabes nada yo sé que el odio es ancho y corto y sin embargo la melancolía es estrecha y larga y tu de eso tampoco sabes nada así que quédate con tu coldplay y con tu déjame ese libro y con tus entrenamientos y con tu acento y con tu autosuficiencia y sobre todo quédate con tus diagnósticos sobre quién soy y sobre lo que pienso o dejo de pensar porque no tienes ni la más remota idea