martes, abril 28, 2009

"Cuando el sabio señala al cielo, el idiota mira el dedo"
O quizá no, cuando una cumbre entre dirigentes políticos es en esencia una postura, una compartida puesta en escena, una estética. Los que critican que se hable más de los tacones de Carla Bruni que de los acuerdos entre Zapatero y Sarkozy tras la visita, obvian que no habrá ningún acuerdo. Que sólo saldrán palabras vacuas de las bocas de ambos, que los que de verdad trabajan, negocian y gestionan son los obesos gabinetes de las respectivas presidencias. Obvian que la estética, en política, siempre es casi tan importante como la ética, y que al (tele)público no se la contenta con "acuerdos bilaterales de colaboración y planificación conjunta", sino con las fotos de dientes y mira qué mona va la Bruni.