miércoles, junio 29, 2005

venga, inténtalo seguro que no te resulta difícil, ya sabes cómo va hazlo por mí, ánimo venga, sonríe por mí

miércoles, junio 22, 2005

desaparezcaaquí

estos días conta2 no deberían ser así, me digo a mí mismo a veces no deberían servir para esto, pero no sé para qué sirve un blog, ni para qué no. a veces me digo si estás triste escribe, si estás alegre escribe, si solo puedes hacer una cosa en la vida escribe y otras veces son los demás, le cuento algo a alguien, algo que me ha ocurrido, y ese alguien me dice "tienes que escribir eso, tienes que escribirlo" creo que este blog va de lo que me pasa por la cabeza creo que va de cómo a veces creo que deberían ir las cosas creo que va de cómo veo las cosas creo que va de cómo creo que las ven los demás a veces se trata de ser el gato en un cajón, otras veces de ser el dardo en la diana, otras veces de impresionar a Rebe, que sé que está ahí, escuchando, o de emocionar a Roma o de decir hola a Manolo o a Laura o a Elena o a stand by o a tantos a los que a mi manera quiero creo que va de cómo nos hacemos un poco más viejos creo que va de las canciones y de las cosas que pasan en las canciones creo que va de un libro que nunca me he puesto a escribir creo que va de mi vida creo que va de la tuya las cosas van bien, eso es objetivamente cierto van tan bien que da miedo

martes, junio 21, 2005

me levanto a las 9 de la mañana, apenas he dormido por el calor y tengo un fuerte dolor de cabeza, en parte porque ayer me quedé leyendo hasta tarde y en realidad he dormido poco. mi intención de anoche era levantarme pronto y aprovechar la mañana para pasarme por el gimnasio antes de ir al periódico. lo primero que hago por la mañana es escoger el disco que me va a dar los buenos días, la primera voz humana que voy a escuchar en el día; opción1: la radio, pero en función de la emisora me voy a topar con un estado de ánimo deiferente, que no es lo mismo oir a Losantos, que a Gabilondo o que Herrera en la Onda, obvio.y radio3 no sé donde si sintoniza en esta ciudad. Así que casi siempre opto por poner un disco. Hoy ha sido "The queen is dead", de los Smiths. Subo el volumen para poder oir la música bajo la ducha, que es a donde me dirijo a continuación. Dejo que el agua caliente brote mientras me quito me dispongo a entrar, ya est ya estoy allí, cantando I know it´s over bajo esa modesta lluvia. Salgo de allí, me seco con la toalla verde y suave, son las 9.30, me visto, me pongo encima la camistea de los Juegos Olímpicos que me trajeron de Atenas el verano pasado, que es una de mis favoritas, y me miro en el espejo y me aplico una crema facial que el otro día le tomé prestada a mi hermana, desodorante, una pizca de gel para el pelo, aprovecho el vapor para darme crema de afeitar y me paso la cuchilla mientras canto "Some girls are bigger than others" y quiero, por un momento, ser Morrisey, mientras paso al after shave y a las palmaditas en los mofletes. Al poco ya he cambiado el disco, ya no me duele la cabeza y me siento muy bien, he puesto un cd variado que me bajé de internet con el kazaa y he preparado café recien hecho y huele estupendamente bien y huevos revueltos con pechuga de pavo y también hay muesli con pasas y coco y un yogur y un vaso de zumo de naranja, y escucho "Tiny tears", de Tindersticks. Pienso que no, que no voy a ir al gimnsaio y que como es martes me pasaré por el kiosko para comprar la Gigantes del Basket, así que doy prisa para salir de casa, me pongo en marcha, gafas de sol, cartera, llaves y móvil en los bolsillos de este pantalón con tantos, apago el CD cuando está sonando "Uncle Joe" de Red House Painters. Cuando salgo de casa compruebo que el día no parece que vaya a ser tan caluroso como el de ayer y recuerdo que tengo que confirmar quien viene y quien no a la despedida de soltero de mi primo, el próximo sábado, y que tengo que llamar a mi antiguo compañero de piso en madrid porque el otro día me llamó y no contesté al teléfono. Cuando paso junto a una cafetería veo a un tipo leyendo el ártículo que publiqué ayer en el periódico del día y eso me gusta. La calle está llena de gente y todo el mundo parece ocupado pero no atacado, es decir, que todos tienen algo que hacer pero que no parece correr prisa. En cada esquina hay conversaciones sueltas que apenas acierto a escuchar. Me cruzo con el concejal de comercio, con el que un dia jugué al fútbol sala, me cruzo con gente, dos o tres, que me mira para arriba con gesto de asombro por la calle pero ya estoy acostumbrado así que no me importa demasiado. voy directo al kiosko y el tipo ya me conoce y sabe qué es lo que quiero y luego vengo directo a la redacción, a las 10.45, cuando a esta hora sólo está la señora de la limpieza, que creo que se llama Ana pero a la que apenas conozco porque cuando yo suelo llegar ella ya se ha marchado, y me dice que hoy he madrugado mucho. llamo a Rafa pero me dice que luego me llama él, llamo a Roma que ya está totalmente recuperada y me alegro, echo un vistazo a la revista y a la prensa del día y Pablo, el chico de administración, me da los buenos días. en la pista de tenis que hay detras de nuestro edificio dos chicos pelotean. Dentro de poco llegarán mis compañeras de trabajo. Creo que va a ser un gran día.

viernes, junio 17, 2005


la protagonista es ella Posted by Hello

jueves, junio 16, 2005

yotampocotutambién

yo no lo sabía, que cada vez que sonreías se te escapaba el cielo, que lo que estabas esperando era un abrazo, un grito, un beso, un tequiero, que sujetabas en una mano el mundo y en la otra los escombros de los corazones rotos y de las copas de vodka de todas aquellas noches, que solo jugabas para no ganar y que disimulabas tan bien, que tenías en la reserva un poema de benedetti y otro de carver, que todas tus balas llevaban mi nombre, que de verdad te morías por aquellas notas que te dejaba por la mañana, que no te querías parecer a nadie, yo no sabía casi nada, casi nada del filo del cielo ni de los abrazos del viento o de que apostabas siempre a caballo ganador, yo no sabía que de aquella forma estabas poniendo toda tu vida en mis manos, ni de las gaviotas allí dentro, ni siquiera cuando después me lo dijiste y yo no lo quise saber, que el reloj en tu muñeca siempre iba marcha atrás, que estabas esfumándote, que ser tu era recitar, de memoria, la cordura, no lo sabía y cuando lo supe ya era demasiado tarde

domingo, junio 12, 2005

estoy en Sevilla no hace calor, todo está lleno de gente con la camiseta del Betis puesta podría quedarme a vivir aquí unos días, seguro que me acostumbraría...

viernes, junio 10, 2005


no, no me vengas con esas Posted by Hello

miércoles, junio 08, 2005

silencioserueda

casi todo el mundo cree que tiene algo importante que decir. O algo interesante, algo nuevo. Y no es cierto. La mayoría de las personas no tienen nada diferente que decir. Nada que aportar. O son aburridas. Y nadie reconoce ser aburrido, o poco interesante. Hay gente que habla mucho y no dice nada, que habla pero no comunica. Eso es malo y es bueno al mismo tiempo. Hablar de todo, opinar, está bien visto. Pero no está mal visto decir estupideces, usar tópicos, incurrir en los lugares comunes y no salir de ahí. Los expertos en lenguaje llaman a eso 'ruido', distorsión, intoxicación. Y luego están las otras personas. Las puedes distinguir si eres cuidadoso, si observas de verdad. Un conductor de atobuses. Esa señora mayor leyendo en la biblioteca. El taquillero del cine. ESa chica con un libro bajo el brazo, en el parque. Esa otra mirando con desdén a su teléfono móvil en la marquesina del autobús. Tipos, personas calladas, reflexivas, necesarias. Ellos hablan, claro que lo hacen, dicen cosas, imprescindibles, y logran comunicar. Suelen ser gente honesta. A veces el cartero, la cajera. Están ahí. Ese camarero, esa chica a la que entrevistas porque es pintora. Tu fotógrafo. Te imaginas que están esperando el momento, guardando las mejores palabras para los mejores tiempos, evitando ese ruido. Seguramente les gusta la música. Puede que la clásica.

domingo, junio 05, 2005

Tom y Jerry levantaban tres veces su peso en dos mancuernas Tom y Jerry tomaban esteroides, y congelaban kilos de claras de huevo para luego darse un atracón de proteinas y también tomaban decenas de latas de atún y kilos y kilos de pachugas de pollo, sin piel ni hueso, decenas de filetes en el congelador y arroz cocido y a veces patatas y leche de soja. Salvo eso nada más. Dejaron a sus novias, los esteroides les ponían lo suficiente. Sus corazones se dilataban y su higado sufría y también sus riñones, pero los riñones no se ven desde fuera. A veces tenían fuertes migrañas y el cuerpo les pedía tomar algún dulce, me contaban, pero no se podían imaginar caer en la tentación de probar ningún alimento previamente procesado. Tenían los ojos abiertos como platos y comenzaron a andar como si desfilaran en un ejército de forma permanente. Los brazos se les rozaban con la espalda. Empezaron a crecer, a ir por la mañana y por la tarde al gimnasio. Cada vez querían más. En Madrid hay un par de tiendas donde puedes comprar esteroides y EPO y Arfixol y hormonas del crecimiento y hormonas de caballo y de vaca y todo eso de forma ilegal, por supuesto, pero no es muy difícil. Tom y Jerry son nombres ficticios la última vez que los ví fue en el gimnasio, claro, y daban miedo, se habían rapado el pelo, llevaban ropas anchas, de culturistas, pero los cuellos de toro les delataban y tenían algunas venas en las gemelos a punto de reventar y los dientes separados de tantas anfetaminas. Las anfetaminas te mantienen quemando grasa las 24 horas del día, no puedes parar de moverte y apenas duermes. Tomaban tantas pastillas que llevaban siempre un bote consigo de píldoras de mil colores. Aquello parecía un caleidoscopio. Eran una farmacia ambulante y no tenían pensado competir en ningún sitio. Las horas de insomnio les hundían las cuencas de los ojos y les hacían resaltar las mandíbulas y la frente. A veces rezo por sus rodillas y por sus corazones, latiendo cuatro veces más rápido de lo que deberían, rezo por sus cerebros y por sus familias y luego enseguida me canso de pedir por ellos.

aveceselfilodelcielo

Posted by Hello

sábado, junio 04, 2005

titubeastímido

Todo lo que ocurrió anoche fue divertido, hasta que el cielo pasó lentamente del azul al blanco, a las 8 de la mañana, ya que primero estaban las cervezas que aquel camarero quería hacernos probar a los tres, venga, esta es la más tostada, yo invito, y luego enseguida estábamos en la chupitería, esquivando a toda la gente que se quedaba pegada a la barra. Por fortuna nos marchamos pronto, digo por fortuna porque de ahí nos marchamos al Irish y ahí empezó de verdad lo bueno, jaleando a un tipo mormón del que nos enganchamos a hablar, más lanzados con los vasos medio vacíos. Es curioso cómo funcionan las cosas por la noche cuando apenas puedes escuchar a alguien que te tira de la manga y luego te grita al oído "me llamo, Cristine, soy de Montana", y tu te encuentras con dos ojos emocionados o quizá casi vencidos o en todo caso dos ojos como dos espejos y a continuación tienes una bebida distinta en la mano y ya has dejado de estar en el centro del bar. Es curioso porque no es fácil distinguir a veces a una chica rubia de otro chico rubio y cuando digo rubia quiero decir fugaz. "Es tarde para parar ahora", te parece entender aunque prefieres que no sea eso lo que has oído mientras te preguntas que habrá ocurrido en la última media hora para que estés hablando con un tipo que dice haber sido compañero de tu clase cuando ambos teníais 10 años y tu piensas que no me acuerde de tí sólo puede ser una buena señal. Luego, claro, está el frío al salir del local, el frío en la cara, el olor a humo en la ropa, alguien que dice vámonos a la Posada, seguro que aún pillamos allí un buen rato de Hey Ya y de fight for your right to party y lo que eso quiere decir, hasta que alguien me pregunta por a qué me dedico y antes de que pueda responder ya me dice "después de los 18 no hay nada, y yo ya tengo 19", aunque la cosa se queda ahí cuando se me ocurre la idea de hacer como que no he escuchado el comentario y pasar a fijarme en que mi amigo lleva un buen rato hablando con una chica muy alta que parece que está en mitad de un anuncio de jeans gastados y gafas de sol último modelo o las dos cosas a la vez, quiero decir dentro de una canción de los Sonic Youth y ese rollo, antes y después todo el rato, pero de ninguna manera en este momento, tengo la impresión de que al día siguiente me voy a acordar con todo detalle de la noche aunque también es posible que no, así que vámonos cuanto antes al Circus, o es que no sabes cuál es, es lo que antes se llamaba Versus, venga, a lo mejor ella quiere ir a ese antro pero a mí no me apetece demasiado pero al final estamos allí y alguien vuelve a saludarme y quizá soy yo o quizá es él quien dice "el fin del mundo fue ayer" y luego están las colas para parar un taxi y las chicas que tienen frío en su brazitos y la tristeza de las paradas de autobús a las siete de la mañana pero la alegría de un abrazo y esa sensación de haber estirado el tiempo como en uno de esos cuadros de Dalí en los que los relojes se derriten, esa maravillosa sensación de la resaca anticipada, de los amigos que conservan la elegancia a pesar de haber bebido demasiado y que te dicen te llamo luego porque voy a acompañarla a su casa, porque tu sabes que lo hará, que no dejará que la pase nada, que vas a recibir esa llamada y que podrás llevarte mejor con las farolas que se apagan y correos que abre y el coche patrulla en la Plaza Mayor y contigo mismo hasta que pienses si puedes conducir o debes llamar a un taxi y entonces ponerte en manos de uno de esos tipos que lleva música clásica a todo volumen para evitar que nadie le de conversación, tan cómodo, tan respetable.

miércoles, junio 01, 2005

hablando de discos: -"Una semana en el motor de un autobús": me lo compré en Radyre, cuando estaba en segundo o en tercero de carrera. Podría decir que cambió mi vida, si no fuera porque eso ya lo habían hecho los dos discos anteriores de Los Planetas. "Una semana..." lo consiguió, volverme loco, procurarme el escalofrío recorriendo la espalda como un puñal, acelerar todos los días y entumecer todas las noches y todo eso. Lo mejor que podías hacer cuando tenías veinte años era apostar por las canciones y en ese disco había unas cuantas para siempre, de esas que no puedes sacarte de la cabeza en toda tu vida. A veces, cuando me siento el ser más ajeno al mundo que pisa la tierra, o cuando me echo de menos o cuando me siento cerca de una de las mil maneras que tiene alguien de volverse loco, me lo pongo, pulso el play, y ya está, soy parte del aire. -"The Boatman´s Call". Siempre he pensado que Nick Cave es un tio colgado de sí mismo y con un toque seductor y suicida que siempre te lo pone en contra. Como un concertista en una discoteca, como una sombrilla en el día más lluvioso del invierno. Cave sabe más de todos nosotros de lo que nosotros sabremos nunca. Este es un disco triste, sí, claro que lo es, pero es desgarradoramente real, visceral, y lo bastante cruel como para hacer creer que está escrito, orquestado y cantado con las entrañas de la desilusión. Para todas las tardes de todos los días que van de octubre a enero. to be continued...