miércoles, junio 08, 2005

silencioserueda

casi todo el mundo cree que tiene algo importante que decir. O algo interesante, algo nuevo. Y no es cierto. La mayoría de las personas no tienen nada diferente que decir. Nada que aportar. O son aburridas. Y nadie reconoce ser aburrido, o poco interesante. Hay gente que habla mucho y no dice nada, que habla pero no comunica. Eso es malo y es bueno al mismo tiempo. Hablar de todo, opinar, está bien visto. Pero no está mal visto decir estupideces, usar tópicos, incurrir en los lugares comunes y no salir de ahí. Los expertos en lenguaje llaman a eso 'ruido', distorsión, intoxicación. Y luego están las otras personas. Las puedes distinguir si eres cuidadoso, si observas de verdad. Un conductor de atobuses. Esa señora mayor leyendo en la biblioteca. El taquillero del cine. ESa chica con un libro bajo el brazo, en el parque. Esa otra mirando con desdén a su teléfono móvil en la marquesina del autobús. Tipos, personas calladas, reflexivas, necesarias. Ellos hablan, claro que lo hacen, dicen cosas, imprescindibles, y logran comunicar. Suelen ser gente honesta. A veces el cartero, la cajera. Están ahí. Ese camarero, esa chica a la que entrevistas porque es pintora. Tu fotógrafo. Te imaginas que están esperando el momento, guardando las mejores palabras para los mejores tiempos, evitando ese ruido. Seguramente les gusta la música. Puede que la clásica.

6 comentarios:

Stand by dijo...

Me voy a autoexcluir... Nunca tuve nada que decir. Tampoco quise decir nunca nada...
Y odio la música clásica. Oido los Adagios. Odio a Albinoni.

Bowie dijo...

sonora carcajada

Anónimo dijo...

lo malo del ruido, es el ruido en otro idioma,

maria

manolai dijo...

I know what you mean...

Anónimo dijo...

wirklich????

DAVID YÁÑEZ dijo...

iba a decir algo sobre el post, pero me he quedado en bragas al ver que esta sección tiene vida propia, joder, parece una comunidad de vecinos, bueno que eso

que me me hizo asentir con la cabeza