sábado, junio 06, 2009

La identidad y las corbatas

El consejo de los sabios dice que el mejor modo de alcanzar el equilibrio, ser eficaz y feliz es conocerse a sí mismo. Conócete a ti mismo, por tus pensamientos, actos y deseos. Busca y concluye a qué has venido, hacia dónde vas. El Festival de las Artes ha dado en la diana con una imagen de marca. Discutible, pero rotunda en ese magenta que igual tiñe los pasos de cebra que encorbata la Casa de las Conchas. Un festival autoproclamado de vanguardia debe transgredir. Por imposición, por vocación, ése debe ser su camino. Creo que lo hizo desde la primera edición y que lo hace de nuevo en esta quinta, pero también que debe proclamarlo, colarse en las charlas de patio de vecinos, en la parada del autobús, en los colegios y en los pabellones de deportes. Se disputa más Salamanca de lo que pensamos en ese juego de identidades y representaciones simbólicas en el que todas las ciudades españolas juegan sus bazas. Por eso San Sebastián, Valladolid o Málaga se aferran sus festivales de cine. Por eso Segovia tira la casa por la ventana con su Hay Festival o Cáceres hace lo propio con el ya asentado Womad. Porque un festival es más que un programa de actos; es carácter, y de eso no estamos sobrados a orillas del Tormes. Conócete a ti mismo. Salamanca sabe quién fue y de dónde viene, y exhibe currículum con orgullo cuando hace falta, pero esa entidad que llamamos comunidad universitaria, sin ir más lejos, es un cuerpo extraño para el resto de la ciudad. Vive, consume, estudia y emigra. Cada año, en número superior a 30.000. Antes era la que imprimía genio, su mejor embajadora. Es un ejemplo. Si el Festival de las Artes ayuda a configurar la máscara postmoderna de la ciudad y a la vez excita la curiosidad de los salmantinos cumplirá su papel con notable. Si entretiene, educa y fagocita a los que derrochan actitudes adocenadas, con sobresaliente. Por eso las ya célebres corbatas rosas, los maniquíes de ojos muertos y los versos colgados de los balcones son un buen emblema. Porque son distintos.
Tribuna de Salamanca, mayo de 2009

4 comentarios:

Bovary dijo...

Hermoso texto, me gusta. Además tengo que decirte que coincidimos en nuestra veneración por Bowie;
para mi uno de los hombres más guapos e interesantes del mundo.
y como no en un montón de películas
y libros, sobre Benedetti te dire
que se fue hacer compañia a T.S.Eliot ( el grande entre los grandes) un saludo.

Alnitak dijo...

Un apunte: el WOMAD no es sólo de Cáceres, de hecho yo ese festival lo conocí ya bastante mayor. En Las Palmas de Gran Canaria se celebra la única edición del WOMAD que se realiza en Invierno (bueno, principios de noviembre) de todo el mundo. Que Canarias está a 2000 km de distancia pero está también, aunque muchas veces la gente no nos tenga en cuenta.

Pareidolia dijo...

Ha sido ver la imagen que has puesto y venirme a la mente la canción de Golpes bajos "La fiesta de los maniquíes" (no los toques, por favor...). Después he asociado "cena recalentada cuando llego tarde a casa..." después de un festival. Lo sé, qué tendrá que ver...(Buen artículo) Besicos

Mr Blueberry dijo...

Difícil que la cultura trascienda a otros ámbitos...Sería buena que un festival de ese tipo se asentara, porque cada vez hay menos...

Abrazotes