lunes, diciembre 19, 2005

en este cuento absurdo conozco a una chica que se llama Natalia. ella sonríe mucho. tiene una de esas dentaduras perfectas que no te dejan apartar la mirada. las comisuras de los labios se estiran, las cejas se arquean...y todo pasa en un instante, esa sonrisa y estás perdido. durante esos segundos, si un avión se abalanzara sobre tí, ni siquiera escucharías los reactores. si una rugiente ambulancia te llevara por delante no apreciarías ruido alguno. morirías mirando esos paletales perfectos, esos colmillos dulces. estoy difuso, me cambio de tema. Natalia solo ve el lado positivo de la vida. no se cansa de escuchar a los demás y al final se acaba convenciendo de que todo el mundo es bueno, de que en el mundo las desgracias solo ocurren en el telediario, y de que los paisajes siempre son bonitos, de que incluso en el peor de los lunes se puede hacer reir a los demás. Un día Natalia acudió a la bilblioteca. Era una gran lectora, pero siempre apostaba por libros con final feliz. Aquel día, sin embargo, se topó con un libro que cambiaría muchas cosas. Yacía tumbado, alguien lo había tirado al sacar otro de una de las estanterías. El tomo era grueso. El tomo era 'Guerra y Paz'. Se lo llevo para casa. Pero fiel a su filosofía vital, solo leyó la parte de Paz. (eh, ya dije que era un cuento absurdo) lo fue a devolver a los siete días, satisfecha. Cuando fue a hacerlo, la mirada del bibliotecario le estaba esperando. Él admiraba en secreto a Tólstoi. Pero solo había sido capaz de leer la parte de la Guerra. Le invitó a tomar café. Tras los galanteos típicos, decidieron intercambiar los papeles. Se convencieron el uno al otro de leer la parte contraria. A las dos semanas, ya eran razonablemente felices, como lo son las parejas que nunca leen los libros a medias. Ella aprendió que el dolor es necesario y él aprendió que la luz del sol solo quema por sobrexposición. Observaciones: - Este cuento no tiene moraleja. - He omitido intencionadamente el nombre del personaje masculino. - Recomiendo con fervor la lectura íntegra de 'Guerra y Paz' - Feliz Navidad, Sr. Leon.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Incluso las historias sin moraleja tienen moraleja...y veo que tambien es partidario de los finales felices...
me gustó la historia.

Anónimo dijo...

...vale, sí, me gusta... pero me perdonas, la parte esa de "el dolor es necesario" no me convence...

Anónimo dijo...

Una historia muy bonita, solo una puntualización, "Guerra y Paz" no la escribió Dostoievski, sino Tolstoi

Isthar dijo...

Me gusta este cuento de lecturas a medias :)

¿Te animas a escribir uno para el concurso de cuentos de Navidad? La interpretación es libre ;)

Bowie dijo...

corregido el error, anónimo corrector
se me fue la pinza con los rusos