miércoles, mayo 20, 2009

La confianza

La idea de confianza sustenta a la idea de sociedad. Sólo la certeza de que el prójimo respetará las reglas del juego permite derribar las barreras, acortar las precauciones. Todos los días voy en metro a trabajar porque confío en que nadie va a empujarme a las vías mientras espero al vagón. Todos los días salgo a la calle aunque ya sea de noche, porque sé, porque confío en que nada malo me va a pasar. Más confianza equivale a más progreso. Más confianza equivale a evolución. Los medios de comunicación son la alarma, el inesperado giro de los acontecimientos que suspende esa noción de que todo está bien y los seguirá estando siempre. El aliento de la tragedia, o su simulacro. Sólo así se explica que esta crisis económica, de la que EEUU ya da señales de recuperación, fuera comparada en el inicio con el crack de 1929. Una crisis a la que ya se adivina el final comparada con el mayor drama económico de la historia. Pero también los medios equipararon la gripe detectada en México con la letal gripe española. Un brote que se ha cobrado decenas de afectados y sólo algunas víctimas frente a la pandemia que asacró a entre 50 y 100 millones de personas en apenas un año. El pánico como alerta inmunológica del sistema. La simulada urgencia y el terror como salvaguardas del status quo. El miedo como recurso imprescindible para que nada cambie, para que, al final del día, durmamos satisfechos, santiguados en la fe de que todo va siempre a mejor.

5 comentarios:

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Lo del metro, tal vez porque yo me enfrento poco a ese medio, se me ha pasado por la cabeza multitud de veces. No sólo que me empujen, sino que pusieran otra bomba un año después en la estación de "King's Cross St. Pancras" cuando yo la utilizaba un mínimo de cuatro veces al día.
Pero en mi caso la prevención es una constante. No puedo olvidarme de los males ni cuando me acuesto. Yo duermo por agotamiento no por tranquilidad.
Yo tenía un amigo, muy educado y que vivia en un buen barrio, que tenía un stick de hockey tras la puerta de entrada. Él lo llamaba el "por si acaso..."

Alnitak dijo...

Me alegra volver por aquí y encontrarme con una reflexión de este tipo. Estoy totalmente de acuerdo, hoy es la crisis, la gripe A, ayer fue la gripe aviar, hace un par de años las vacas locas, a veces es el terrorismo islámico o ETA, otra veces el paro el cambio climático o el SIDA.
Siempre hay algo por lo que tenemos que tener miedo, y no digo que no, pero el pánico no nos ayuda nada.

Sergio dijo...

Hace tiempo que veo la manipulación de los medios de comunicación. Pero ese tipo de manipulación está incluso a nuestro lado. Cuando el jefe te "dice no te estoy haciendo moving pero por no trabajarme gratis aquel día te quito privilegios". En una socidad más compleja hay más información y eso lleva aparejada también la desinformación. Cada vez es más difícil tener fe en alguien o en algo. Parece que si lo que se quiere es fomentar el miedo para controlar a los individuos hay alguien que se está frotando las manos porque lo está consiguiendo.
P.D. Por cierto, yo también soy un gran seguidor de Bowie. Aunque no sé qué le ocurre que se ha olvidado de hacer discos.

Corso Expresso & Cia dijo...

Consejo para navegantes: el miedo es el primer instrumento del poder desde que vivíamos en las cavernas y había un chamán que decía eso de "no vayas a ese bosque que ahí habita el Mal". Lo mismo que antes hacían los curas hoy lo hacen los medios. El poder busca dominación, y propagar el miedo para que ese mismo poder sea visto como algo necesario es el truco más viejo del mundo. Nada nuevo hay bajo el sol, queridos. Lo raro es que nos demos cuenta ahora... Os lo dice un periodista, es decir, un mercenario, un mentiroso, una puta de módico precio.

Pareidolia dijo...

Y siempre me pregunto en estos casos ¿a quién beneficia?. Con rascar varias pegatinas en las que se descubre un "inténtelo de nuevo" en alguna saldrá "premio". Es cuestión de tiempo, o de comprar muchas bolsas de patatas...Un besico