jueves, febrero 10, 2005
Meeting Cortázar
Quizá la más querida
Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.
Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.
Creo que lo sabías y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno y voceaban la guerra en las esquinas.
Fuí una letra de tango para tu indiferente melodía.
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