ojos dos ojos
estábamos en las últimas, no nos quedaba dinero, tenías ganas de pasarlo bien y yo la mayor parte del tiempo tenía ganas de estar en otra parte y fue entonces cuando se te ocurrió que debíamos acudir a aquella fiesta que a mí me parecía tan estúpida pero que para tí de repente era tan importante y yo te dije sí, quizá esté bien, quizá es lo que nos hace falta aunque yo en lo que de verdad estaba pensando era en trenes en marcha y en aeropuertos y allí estabamos los dos en la fiesta organizada por tus amigos franceses en aquella casa junto a la playa y todo era gente guapa y canapés y tacones de aguja y pensé después de todo tus párpados, después de todo tu pelo, tu timidez disfrazada en el champán y tus caderas, siempre tus caderas pero después me oí decir alguien debería hablar con el pinchadiscos y después me oí decir ahora vengo y después ya no estabas o el que no estaba era yo a pesar de que perdí la noción del tiempo y quizá había abusado del martini y no sabía si llevábamos toda la noche allí dentro o acababamos de llegar y luego estamos pasándolo bien a que sí, estamos todos pasandolo bien y no me apetece nada tomar nada de eso que estáis tomando porque así ya voy bastante rápido, 'mersi' y
cuando comenzó a amanecer y el cielo se puso azul y bajamos a la playa ya había pasado lo mejor y casi todo el mundo se marchaba de allí de la mano de alguien con quien no había entrado y recuerdo que te ví llegar con el rímel corrido pero fuiste tu la que dijiste tienes mal aspecto y yo el que te respondió hace mucho que deberíamos haberlo decidido y tu ya sabías de qué estaba hablando porque siempre sabías eso un rato antes que ello y ahora
esta carta me hace recordar tus párpados no me preguntes por qué las cosas funcionan de este jodida forma ni por qué ni por qué no, y tenías razón una vez más, los veranos se inventaron para dar feliccidad y tener algo que recordar y un motivo para escribir las cartas que se envían en invierno



