miércoles, abril 19, 2006

me dice un amigo que ha llegado a la conclusión de que las personas inteligentes tienden, de forma inevitable, a una cierta forma de amargura y no puedo darle la razón, creo que más bien pueden tender a un cierto escepticismo. pero más que a las personas inteligentes, atribuiría esa adquisición inevitable, más que a lo inteligentes, a los que se han cansado, a aquellos cuyo umbral de sorpresa es limitado. el umbral de sorpresa es lo que yo llamo margen de aprendizaje. si tu humildad es razonablemente amplia y tus deseos de seguir conociendo se mantienen, la amargura y el escepticismo estarán mucho más lejos. y no es prudente creer que sabemos nada de algo. cuanto más averigues de filosofía, periodismo, relaciones humanas, mecánica, leyes de economía, biología, geografía, historia, más te darás cuenta de que no sabes nada. hasta tu serás un enigma si eres sincero y te preguntas con la mano en el pecho quién eres, coño, quién eres de verdad. por eso nunca me creo a todos los que adoptan la pose de estar de vuelta, por eso los trascentales se me atraganan tanto. en cuanto detecto una pizca de solemnidad en mí, me paró en seco y doy la vuelta lo dijo el otro día el chico de la corbata, ya no es la primera vez que hago muchas cosas. no es la primera vez que digo, toco, beso, juego al basket, salto, canto, riño, leo, escribo, viajo, no es la primera vez que hago muchas cosas y sí es el fin de la adolescencia, pero es el principio de muchas más cosas, el viaje está aún empezando y es un viaje apasionante

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Más que a la inteligencia yo lo atribuiría a la experiencia. Los niños son puros, inocentes, alegres, impulsivos. A medida que pasa el tiempo uno se vuelve reservado, le invaden ciertos miedos, ha vivido experiencias traumáticos, se ha tenido que levantar muchas veces... y todo aquello que parecía bonito, ya no lo es tanto... aun así... continúa el viaje, como tú has dicho.

Esther dijo...

Bueno, intentaré dar mi opinión. La opinión de una adolescente, que además es madre y tiene.... treinta y trés... pues eso, una adolescente....

Las personas inteligentes, que lo somos todos por cierto, todos tenemos inteligencia, otra cosa es que la aprovechemos y la optimicemos, pero, en principio, todos somos inteligentes, pueden tender a ser, quizás, más racionales y menos soñadores. ¿Qué pasa cuando uno es más racional?, mi opinión es que, claramente se vuelve excéptico, tiende a dudar de todo, y eso, es lo que nos va a mover a la hora de querer saber más sobre la vida. La amargura es inherente al ser humano, como lo es la alegría, y aflorará según las experiencias vividas. No creo que inteligencia (entendida como conocimiento) y amargura vayan de la mano.

Hala.

DAVID YÁÑEZ dijo...

Un gusto poder servirte de ejemplo!!!!

Sigue trabajando. Nos leemos

Mycroft dijo...

No creo que la amrgura dependa de la inteligencia, y creo que se puede ser infinitamente amargo, y en cierto modo apreciar el viaje, la vida, todas esas cosas que hay que vivir, aprender, amar...
La amargura depende de esas heridas de nuestra alma que no se cierran nunca, que se abren en el momento más insospechado, porque una cosa es la amargura y otra el cinismo.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Me quedo con la última frase.

Yo tb huyo de esa solemnidad que me hace ponerme triste, y tb tiendo a la amargura, pero no sé el por qué, porque soy así, pero sólo es una tendencia, de esas que puedes erradicar focalizándote en el viaje, ese viaje apasionante que dices.

koffee dijo...

En mi caso he de reconocer que esa solemnidad de la que intento huiir forma parte de mis múltiples contradicciones. Pongamos por caso que eres nieto de guardia civil, pero que has vivido el mayo del 68 y lo que colgó después; o que estás en perenne lucha con la forma en que te educaron y a la vez con el sistema actual... pues éso.
Amargura?... mmmmm... no: si acaso desconfianza, cabreo, con perdón.

Pol dijo...

He leido tu reflexión escuchando a Ben HArper, y el cóctel ha sido fantástico.

Realmente la inteligencia es un don, aunque en muchas ocasiones, si no se sabe canalizar, se puede volver contra ti. La de superdotados que se sienten marginados pq ni ellos mismos entienden su superiordad y mucho peor los que la entienden y fardan de ella.

Yo pienso que él verdadero listo es aquel que lo es, pero que no se conforma con saberlo. Como tu bien dices investiga y tiene ambición de seguir conociendo.

bettyylavida dijo...

bueno, increíble el post, increíbles los comments, lo primero

pero pol ha dado en el clavo, a ver, hay personas muy inteligentes y muy tontas, y personas muy listas poco inteligentes, para mí es tonto el inteligente que se pasa toda la vida,por poner un ej y mirad la hora pls, estudiando a muerte por ej derecho(ay que ruego a todos los dioses del mundo que no ofenda esto a nadie...si lo hago perdonadme), o, mejor! voy a poner mi ejemplo, a medias...yo iba para traductora, en primero y segundo de bup (aquellos maravillosos años) hice la gamberra, las piardas...en tercero "decidí" mi futuro, lo tenía claro, quería ser traductora, y me puse a estudiar como una loca, y empecé a sacar notables y sobresalientes y todo eso, pero no...no llegué, y me quedé a seis personas para entrar en traducción. Me tiré un año sin estudiar porque me quedé de repente desconcertada, seguí currando y al final, así como quién no quiere la cosa, elegí la carrera más práctica en la tierra donde vivo, y me va bien...ejem, más o menos. ¿y qué hubiera pasado si hubiera elegido traducción? que no hubiera vivido, que hubiera sido inteligente (seguro, ganando un pastón) pero gilipollas, sin vida, sin tiempo, sin sol, sin aire.En fin...una inteligente tonta amargada...

me he enrollado muchísimo, va otro abrazo desde aquí!

Cruz J. Saubidet dijo...

Pienso, luego existo
existo y luego comparo
comparo y luego deseo
deseo y me pongo triste
me pongo triste y lloro
lloro y no puedo pensar
no puedo pensar y me tranquilizo
me tranquilizo y me fumo algo
me fumo algo y vuelo
vuelo y soy libre
soy libre y ya no quiero pensar
ya no pienso y soy feliz mientras tanto.

Isthar dijo...

Es una capacidad que tenemos todos potencialmente, después todo depende de si queremos o no seguir aprendiendo y disfrutando del camino.

Yo hace tiempo que dije que sí :)

Un abrazo enorme

Iván dijo...

Eso de amargarnos va con los años, no con la inteligencia. Con la experiencia te acabas quemando de todo, y nada te sorprende. Todo te parece visto o hecho, y puedes llegar a amargarte. Al final, a mi lo que me llega a amargar es pensar demasiado todo, hay que tomárselo todo con más calma, desdramatizar, y quitarle peso a las cosas.

.::PaLoMa::. dijo...

Descartes dijo "Yo pienso, yo existo"...y tiene razón, hasta un cierto punto. Todos los filósofos dicen que lo que nos distingue de los animales es nuestra única capacidad para razonar y bla bla..pero yo no lo creo tan así. Nadie se guía exactamente por la razón, nadie es Kant (y dudo que Kant incluso creyera lo que decía). ¿Dejar sentimientos, intereses, etc? ¿Qué es eso?. Pero sí creo que la inteligencia te hace vivir menos las cosas, revolcarte demasiado entre la sal y el azúcar y no elegir de una buena vez...disfrutar momentos que a veces duran segundos...Es apasionante, es verdad, pero también doloroso (palabra que me ha dado vueltas el último mes...por las distintas formas de dolor).
Y ..eso...besos...cuidate!
No merezco estar entre tus blogs contados luego de tan largos meses leyendote...buaaaa =( jeje
Chauuu
.::PaLoMa::.

Elena -sin h- dijo...

A veces pienso como tú, suele ser en días de sol, pero otras veces me parece que todo lo que me espera más allá de las sábanas tiende al bajo cero. Y realmente sé que es una estúpidez... pero hay días en el que el viaje se te hace demasiado largo y cuesta mirar sin más hacia adelante...

Anónimo dijo...

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