lunes, abril 02, 2007

ilovethisgame


una de las cosas que no puedes hacer cuando juegas al baloncesto es estar triste. y no importa, que, como ayer, se trate de una pachanga. si estás, estás. si te pasan el balón y decides jugar, juegas. y tu cabeza sólo piensa ya en cosas que ocurren en el rectángulo de juego y cerca del aro. que yo recuerde, siempre he jugado al baloncesto. quizá crecí tanto porque soñaba con machacar el balón y convertirme en alguno de esos jugadores que veía por la tele en los programas de Ramón Trecet y después en tantos otros. ha jugado en tantas categorías que ya ni me acuerdo y siempre que me encuentro con algún ex compañero de vestuario, aunque hayan pasado años sin vernos, hay una complicidad especial. el baloncesto es la vida, a veces, como esta mañana, en la que he disfrutado tanto, en la que he estado tan cómodo jugando y viendo jugar. otra de las cosas que no puedes hacer cuando juegas al baloncesto es pensar demasiado. eso siempre te perjudica. tienes que actuar. así que sí, como lema, funcionaría, el baloncesto es la vida.

9 comentarios:

tomatita dijo...

Tú mismo lo has dicho, el baloncesto es la vida porque en ocasiones debes actuar, dejarte guiar por el estómago y no por la cabeza...y eso no es otra cosa que supervivencia, y en ella no hay cabida para la tristeza.

Supongo que merece la pena si nos hace crecer y vivir en equipo.

Un beso.

sb dijo...

yo era más bien de fútbol (era demasiado torpe para el baloncesto), y mi entrenador siempre me decía lo mismo, haz las cosas sin pensarlas mucho porque es la única forma de que funcionen :)

Anónimo dijo...

yo me quedé bajito para jugar al baloncesto. o igual es que era un adolescente demasiado triste para jugar bien. en cualquier caso, a veces es mejor no pensar y lanzarse.

un abrazo.

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Yo (creo que ya te lo comenté) dejé de ser fan del baloncesto(de la selección española de baloncesto) tras las olimpiadas de Barcelona. Me pareció tan vergonzosa nuestra actuación que la mala leche me duró hasta quitarme el gusto de volver a verlo. Ya me imagino tarde para recuperarlo, seria como ir de conciertos estando sordo, esperando disfrutar sólo con la vibración del suelo.
Pero recuerdo que disfrutaba jugando. Y vaya que si era bueno defendiendo...!

Esther dijo...

Pues nada, entonces la solución consiste en jugar desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. De este modo, sólo veremos lo que sucede en el rectángulo que nos limita mentalmente. Así no sufrimos. Iré a por mi equipo.

Anónimo dijo...

Pues me parece que me voy a tener que poner a jugar al baloncesto para evitar estar triste. Porque los discos de Dylan no son exactamente la mejor ayuda.

Mr Blueberry dijo...

Desconectar, desconectar y desconectar... Salir de la rutina, del curro, de uno mismo...Yo prefiero pasar un rato charlando con los colegas, lo trivial y cotidiano, es a veces el mejor remedio.

Saludos y disfruta esta Semana Santa.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

A mí me da morbo eso de los vestuarios..., sé que no tiene nada que ver con el post, pero lo tenía que decir!

uminuscula dijo...

siempre me gustó que jugaras a baloncesto :D