miércoles, diciembre 08, 2004

Cuando los elefantes sueñan con la música

Voy a ver "2046", la nueva pelicula del director de "In the mood for love", que me aburre soberanamente, y decido, después de saludar a mi amiga la taquillera y comprobar que tengo una sala de juegos grande junto al cine, entrar y gastarme unos euros en unas partiditas. Son cerca de las 10:30 de la noche. Eligo, por supuesto, un juego de basket, de la NBA, eligo los Indiana Pacers y después de batirme el cobre con media liga, de aprovechar al máximo las gloriosas muñecas de Reggie Miller y Chris Mullin, me echan en la final frente a los Lakers. Pero lo mejor pasa fuera de la pantalla de la máquina. Miro de reojo entre partida y partida. Jugando al billar hay un grupo de unas 5 ó 6 chicas de unos 15 años, quizá un poco menos, vestidas con ropa de adulta y alternandose para darle a las bolas. Mascan chicle y tienen el pelo pintado de rojo, y apenas pueden sujetar los palos de billar. Recuerdo que cerca hay un colegio de monjas con internado e inmediatamente asocio una cosa con la otra. También escucho detrás de mí a tres hombres y una mujer de aspecto desastrado que hablan un idioma que me parece de Europa del este, probablemente rumano o búlgaro. Veo el reflejo de un flash en la pantalla en la que estoy jugando. Cuando tengo ocasión de girarme compruebo, sorprendido, que se están haciendo fotos posando entre las máquinas de motos y de coches, esas en las que te sientas y tienen volante, pedales y retrovisores de verdad. Miran a la cámara y ponen caras de ser muy felices. Sigo a lo mío, que es echar unas cuanta partidas más y luego salir de allí. Saco del bolsillo los papeles de la películas que ponían en el Van Dyck, los miro otra vez por encima y los tiro en la primera papelera que encuentro. Me pongo los guantes porque hace mucho frío y de camino al coche corro peligro de congelarme. Paso por la calle Pedroñeras y tengo la sensación de que debería sentir algunas cosas al pasar por ella, pero lo cierto es que no lo hago, lo que me resulta extraño. Encuentro el coche, enciendo el motor y la calefacción, llego a casa y pienso que deberíamos poner ya la decoración de Navidad, mi padre me dice que ya ha sacado a León, lo que me evita un paseo nada apetecible. Enciendo el ordenador y sintonizo vía internet Radio 3 para que me acompañe mientras escribo en mi blog. Emiten un programa especial sobre bossanova.

1 comentario:

Anónimo dijo...

O húngaro? O chino? O son tres mujeres y un hombre, pero andan tan desastrados que ni se les ve el número y el sexo? O son de Europa del Norte, pero han nacido feos? O son españoles que han aprendido lenguas extranjeras?