domingo, diciembre 26, 2004

tendremos una cita en la cafetería de un aeropuerto que todavía no ha sido construido, luego veremos una película que por el momento sólo está en la cabeza de un guionista en unas salas de cine que aún no han sido remodeladas, les diremos a todos eso de que es mejor no hacer planes, ya sabes, es mejor dejarse llevar, y cuando llegue a la cafetería tu ya estarás probando un chocolate muy caliente, me mirarás al mismo tiempo que los dos camareros y al mismo tiempo que el resto de clientes en la barra, a excepción de un tío que estará leyendo el Marca, al fondo, me mirarás y tu mirada coincidirá con la del resto porque por entonces me habrán nombrado Presidente de los Estados de Ánimo y seré tan popular que no podré por menos que llevar escolta y estaré habitualmente en periódicos en los que habrá pequeños titulares y cada errata será un guiño de los periodistas a sus parejas pero no me importará, claro que sí, y frecuentaré debates sobre cuáles son las emociones más dañinas y los deseos más perniciosos para la juventud, ellos querrán saber mi opinión de experto en daños, éxitos, adioses y te quieros y nomeolvides y hoynomepuedolevantar y yo lo que querré será dejarme de esas cosas y escribir algunos ensayos y decir todo empezó escribiendo en un blog que se llamaba diasconta2 con un nivel considerablemente bajo de dopamina en el cerebro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún no sé por qué con mucha seguridad, pero me gusta leer lo que escribes. Me iré paseando por tus historias y mezclando el presente y tu pasado, perderé la cuenta de los días.
Acabo de descubrir tu lugar en internet, y me gusta. No lo dejes...