Ella, de repente, se puso muy seria, como si acabara de recordar algo triste.
-¿No crees que, en general, la gente habla demasiado?
- Todo mundo cree que tiene algo interesante que decir. Él conducía, llevaba conduciendo toda la noche y parte del día y no había reparado en si ella se había despertado.
- Una vez estuve con un chico que no soprtaba los silencios. Cada vez que uno de los dos se quedaba callado decía lo primero que le pasaba por la cabeza y al final todo se volvía estúpido y banal y superfluo y aburrido y daban ganas de bajarse de su coche y empezar a gritar y a correr hasta volver a casa o a algún lugar peor.
Al sol aún le faltaba mucho para comenzar a ponerse rojo. Cada uno volvió a pensar en sus cosas.
6 comentarios:
Un tipo muy sabio, no recuerdo cual, decía que el signo de la verdadera amistad no es poder hablar con alguien, sino compartir los silencios sin que resulten incomodos casi nunca...
no hay nada más maravilloso que disfrutar del silencio, tan valioso a veces, como las palabras justas.
Me suena haberlo visto, en algún sitio alguna vez de un dia no concreto...
ayer mismo sin ir más lejos...es lo que tiene ir distanciandote de alguien que por algún tiempo lo ocupó todo en tu vida, volver a quedar con él después de tantas cosas que quedaron por decir...
Y no decirlas porque hace tiempo perdieron sentido.
Nunca he entendido el afán por romper un silencio con cualquier estupidez.
No hay nada mejor que estar con alguien en silencio y sentirte a gusto :)
Sin duda, creo que la gente habla(mos) demasiado
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