domingo, mayo 28, 2006

entonces no era consciente, como no somos conscientes de casi nada cuando estamos tan perdidamente enamorados como yo lo estaba de ella. Su cuerpo me fascinaba hasta el punto de hacerme levantar de madrugada, tembloroso, solo en medio de la pesadilla que era echarla de menos más allá de una hora, dos horas como mucho. entonces no era consciente, subido a ese cóctel de drogas alucinógneas que rebosan en nuestro cerebro cuando nos enamoramos: subido de endorfinas y chutado de serotonina, como un éxtasis que no baja y lo que es mejor, del que no quiere vajar. porque no sabes que estás arriba, solo piensas que eres un animal flotando por encima de los demás animales, flotando a varios palmos del suelo, ella, tú también, pero sobre todo, a parte de todo, por encima de todo ella. Enamorarte para acabar de una vez con el amor. con la idea de amor, con el miedo al amor. enamorarte para seguir vivo, no como antes, no como después, no como algún día, enamorarte y ya, enamorarte y ahora, en-este-preciso-momento. pero decía que no era consciente entonces. me gustan las chicas sanas. lo he descubierto. esas de cara amplia, tez blanca, boca grande como una promesa, dentadura perfecta, ojos desbordantes. con sanas quiero decir que echen a correr, que hablen alto a veces, que juegen a todos los deportes y algunos mejor que tú, que coman hasta el atracón, que beban hasta el delirio, sanas, de las que saltan en los conciertos, nada de fumar, nada de maquillaje, nada de perfumes fuertes, de las que se ponen unos pantalones cortos y se van a correr, de las que siempre van en bicicleta, de las que se tiran de cabeza a la piscina y ocurre que todos los demás quieren hacer lo mismo, inmediatamente, una de esas chicas que huele a leche y sudor antes que a humo o crema o,loción corporal

6 comentarios:

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Nunca fue malo saber lo que se quiere, no?..., o si?

Anónimo dijo...

suerte hasta que la encuentres

priss

Esther dijo...

Uno puede creer qué es lo que le gusta en una persona, hasta que se enamora de quien nunca pensó que se enamoraría.

Anónimo dijo...

Estoy con Esther...

Brain dijo...

Esther knows it.

koffee dijo...

Estoy segura de que están ante tí, en primera fila, muchas, aunque la atención masculina tal vez se vaya tras otras maneras de ser.