miércoles, enero 10, 2007

en el sueño de anoche estaba tocando en un grupo, en el escenario, y alguien entre el público le gritaba al cantante:
-te quiero,
y él respondía: -¿de verdad?
después de los bises, después de todo, en el camerino, alguien me decía que te acababas de marchar, así que me subía al coche y pisaba el acelerador hasta que llegaba a una ciudad en la que alguien me decía que te habías pasado por allí hace tiempo, que ya era tarde. así pasaba varias veces, pero yo no perdía nunca la esperanza de encontrarte. sabía que te gustaba correr, pero siempre pensaba que tendrías que parar para echar gasolina, o que alguien te haría señas desde la calle y te pararías a saludar y que veía el culo de tu coche asomarse en el horizonte. en el sueño, el mundo se hacía muy pequeño, pequeño como un suspiro, y después de un rato volvía al lugar donde había empezado, al principio del todo, como en una estúpida cinta de Moebius. entonces me encontraba con la primera persona que me dijo que te habías marchado, que me decía:
-es guapa como una mentira
-...
-espero que sepas lo que haces
y se reía. una sonrisa estruendosa. luego me olvidaba del coche y echaba a correr, corría mucho, mucho más de lo que nunca he corrido en la vida real, tres o cuatro veces más. ya no tenía esperanza de encontrarte porque las personas no corren más que los coches y a mí nunca me gustó correr porque sí. cuando llevaba un buen rato en ello, días en el sueño, meses, el aire me quemaba los pulmones y apenas podía respirar y de repente tenía que pararme, así que lo hacía, me paraba, en mitad de ningún sitio, entre dos ciudades, y me daba cuenta de que llevaba todo ese tiempo sin comer, y sin dormir, y sin hacer otra cosa que correr. estaba muy delgado, tenía una barba que casi me tocaba la punta de los pies. grandes ojeras, la piel quemada por el sol. entonces me daba cuenta de que había olvidado tu cara. después se hacía de noche, muy deprisa, y hacía frío, y estaba solo y tenía ganas de volver a casa y pensaba que en la misma guerra no todos mueren al mismo tiempo

7 comentarios:

Esther dijo...

Supongo que los sueños son tan reales como la vida misma, o más, si cabe. Una larga y costosa persecución que dura sólo un instante. Buscamos, siempre buscamos.

Anónimo dijo...

Malditos sueños, que poco ayudan a veces!. En éso de las guerras no pienses que quien muere último muere mejor...
Un abrazo

Anónimo dijo...

te leo nostálgico y algo taciturno. ¿estás bien? sabes mi teléfono, márcalo

Alnitak dijo...

Y es que en la vida siempre hay que encontrar el momento en el que dejar de correr, o aprende cuándo debemos dejar de hacerlo. Lo malo, es que normalmente no nos damos cuenta hasta que ya ha pasado demasiado tiempo.
Saludos
Feliz año!

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Y yo que pensaba que las mentiras eran feas.

En la guerra no todos mueren al mismo tiempo, pero estoy seguro de que mueren, aunque sea por dentro.

tomatita dijo...

No sabría explicarlo, pero tus relatos siempre me dejan en silencio, como si hubieras destapado parte de mis ideas y hubieran volado sin querer.

Un abrazo.

Mycroft dijo...

Me gusta tu sueño.
Normamente no sueño, me da cierta envidia!