
¿cómo preguntas si tenemos algo en común?
"Nuevos planes, idénticas estrategias"
MENSAJE AL MUNDO:
REQUIEM FOR A DREAM: "Si estás cansado y agotado, y no puedes continuar. Si un sueño distante te está llamando, entonces sólo hay una cosa que puedes hacer. Sigue ese sueño, dondequiera que pueda conducirte. Sigue ese sueño, para encontrar el amor que necesitas. Vamos, sigue ese sueño".
¿Cómo? ¿Qué no has visto Requiem For a Dream?
Por favor, no pierdas tiempo, alquílala, pídela prestada, robala, comprala, pero vela pronto. Hazte ese favor, date ese regalo.
“Sí, Dios existe... y a veces sueña, y sus pesadillas son nuestras vidas”
(Ernesto Sábato)
Me fuí.
Simplemente dejé de sentirme bien allí. Se lo anuncié con dos días de antelación, ella sólo miró para otro lado y sonrió como quien ya lo sabe absolutamente todo, y por primera vez me dí cuenta de lo pálida que era su piel, de cómo se le veían las venas en las sienes. Me fije una vez más en su pelo, que siempre me había gustado más largo, en sus ojos, miré sus labios rojos. Es curioso como a veces sólo apreciamos las cosas que de verdad nos han gustado cuando estamos a punto de perderlas. De repente me sentí emocionado por la idea del viaje, de irme de allí, miraba la casa como se mira a un cadaver y a mis billetes de tren como la única posibilidad. No tardé demasiado en cicatrizar y el amarillo se fue apoderando de todo. Fernando, de la revista donde había publicado un par de artículos, me había telefoneado para decirme que conocía a alguien en Madrid en una editorial que podría estar interesado en publicarme, "en dar utilidad a tus relatos", como le gustaba decir a él. La idea me parecía descabellada pero era otra excusa perfecta para marcharme. Al mismo tiempo me gustaba imaginarme de nuevo en España. Volví a hablar con Neil, quedamos para comer, hablamos mucho de ella, de cómo se comportaba, de cómo nos conocimos, de cómo sería todo a partir de entonces. Mi vuelo salía al día siguiente, por la mañana, así que fuimos a beber algo a un local donde le conocían y recuerdo que las arrugas de la cara se le arrugaron en un gesto grave cuando me dijo:
- "Las mujeres simpre ganan, chico, aunque no quieran, aunque no se den cuenta, incluso aunque te quieran dejar ganar, lo único que podemos hacer nosotros es administrar la derrota lo mejor posible. El amor después del amor no existe, tendrás que acostumbrarte a dejar de mirar a las chicas con esperanza, hombre, ya lo verás, después del amor están los simulacros y la convivencia y todo lo que te promestiste no hacer nunca, sé de lo que hablo".
Le dije que no estaba allí con él para lamentar nada. Le regalé mi disco de Iggy Pop, ya no lo iba a necesitar, de recuerdo.
Luego conté hasta diez y me fuí. "Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo." (Óscar Wilde)
Insomnio
Jorge Luis Borges
De fierro,
de encorvados tirantes de enorme fierro tiene que ser la noche,
para que no la revienten y la desfonden
las muchas cosas que mis abarrotados ojos han visto,
las duras cosas que insoportablemente la pueblan.
Mi cuerpo ha fatigado los niveles, las temperaturas, las luces:
en vagones de largo ferrocarril,
en un banquete de hombres que se aborrecen,
en el filo mellado de los suburbios,
en una quinta calurosa de estatuas húmedas,
en la noche repleta donde abundan el caballo y el hombre.
El universo de esta noche tiene la vastedad
del olvido y la precisión de la fiebre.
En vano quiero distraerme del cuerpo
y del desvelo de un espejo incesante
que lo prodiga y que lo acecha
y de la casa que repite sus patios
y del mundo que sigue hasta un despedazado arrabal
de callejones donde el viento se cansa y de barro torpe.
En vano espero
las desintegraciones y los símbolos que preceden al sueño.
Sigue la historia universal:
los rumbos minuciosos de la muerte en las caries dentales,
la circulación de mi sangre y de los planetas.
(He odiado el agua crapulosa de un charco,
he aborrecido en el atardecer el canto del pájaro.)
Las fatigadas leguas incesantes del suburbio del Sur,
leguas de pampa basurera y obscena, leguas de execración,
no se quieren ir del recuerdo.
Lotes anegadizos, ranchos en montón como perros, charcos deplata fétida:
soy el aborrecible centinela de esas colocaciones inmóviles.
Alambre, terraplenes, papeles muertos, sobras de Buenos Aires.
Creo esta noche en la terrible inmortalidad:
ningún hombre ha muerto en el tiempo, ninguna mujer, ningún muerto,
porque esta inevitable realidad de fierro y de barro
tiene que atravesar la indiferencia de cuantos estén dormidos o muertos
-aunque se oculten en la corrupción y en los siglos-
y condenarlos a vigilia espantosa.
Toscas nubes color borra de vino infamarán el cielo;
amanecerá en mis párpados apretados.